En los últimos años, Noruega se ha convertido en el gran referente mundial en la implantación de la movilidad eléctrica. No solo mediante coches, sino también camiones, furgonetas e incluso ferris. También están apostando fuerte por los autobuses eléctricos. Algo que está llevando a muchos a replantearse si las fuertes ayudas a la compra de coches eléctricos no debería tener un mejor uso.
Según los datos del gobierno noruego, los subsidios para los coches eléctricos supondrán un coste para el presupuesto de este año de 39,400 millones de coronas, unos 3.280 millones de euros. Un dinero que algunas voces indican que sería mejor invertir en aplicaciones como el hacer que el sistema de autobuses fuese totalmente gratuito.
Estos expertos indican que apostar por el coche eléctrico tiene sus pros, pero también tiene sus contras en el impacto de la producción de millones de motores y baterías. Un factor que hace que la apuesta por un sistema de transporte colectivo sea una alternativa más eficiente y sostenible.
Otro factor a favor de los que defienden esta opción está en que la eliminación de miles de coches en el día a día de las carreteras noruegas favorecerá también los tiempos para llegar a los destinos. Algo que sobre el papel dará como resultado una alternativa más económica, sostenible y más rápida de llegar a determinados lugares.
Y es que el problema de Noruega es que la expansión del coche eléctrico, así como el bajo coste de la electricidad o los miles de puntos de carga gratuitos, ha provocado que moverse en este tipo de vehículos sea una opción más económica que el transporte público.
Algo agravado por el impacto de la pandemia que ha llevado a muchos a regresar a sus vehículos por la distancia social, y que ahora está costando revertir.
Autobuses gratuitos para todos
Desde el gobierno de Noruega son conscientes del problema que supone grandes atascos en las zonas urbanas. Algo que intentarán cambiar.
La administración noruega indica que el transporte público será siempre una opción más sostenible que el privado. Tanto de ocupación de espacio, como incluso el impacto que producen miles de coches circulando. Aunque sean eléctricos.
Según el Ministro de Transporte noruego, Jon-Ivar Nygard: “Los coches eléctricos nos brindan un transporte más ecológico, pero también tienen una clara competencia intermodal con el transporte público en áreas urbanas. Debemos hacer más atractivo viajar en transporte público, en bicicleta y a pie”.
Para lograrlo, Noruega ya está comenzando a eliminar o al menos reducir algunos de los incentivos para comprar y conducir vehículos eléctricos.
La conclusión es que Noruega no quiere solo que la gente vuelva a los coches diésel o gasolina, sino que el uso de los vehículos sea más racional y cuando sea posible, los propietarios usen otras alternativas más sostenibles, como la bici, caminar, o el transporte público.
Un transporte comunitario que sin duda tendrá en su gratuitidad la mejor fórmula para recuperar a esos miles de conductores que lo han abandonado en los últimos años por la pandemia o el coche eléctrico, y que ahora los gobiernos luchan por recuperar.
Fuente: forococheselectricos.com