Tan fuerte ha sido la caída de las economías latinoamericanas este año en medio de la pandemia de coronavirus que se esperan históricos repuntes en 2021.
Pero cuidado… que no se trata de un aumento del crecimiento económico porque viene una época de vacas gordas.
Lo que veremos será un «efecto rebote» o de «arrastre estadístico», es decir, un fuerte aumento del Producto Interno Bruto (PIB) en la mayor parte de los países de la región que compensará en parte el escenario actual.
La economía peruana, por ejemplo, cerrará este año con una brutal caída cercana al 13%, pero en 2021 crecería alrededor de 9%, según las últimas proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Eso significa que incluso con un espectacular despegue de la actividad económica, el país aún estará lejos de volver a su nivel previo a la crisis, una historia que se repetiría en la mayor parte de los países latinoamericanos.
«La recuperación estará sujeta a muchas incertidumbres, como la dinámica de la pandemia, la disponibilidad de las vacunas, la capacidad de los países de mantener las políticas de apoyo y lo que pase con la economía mundial», dice en diálogo con BBC Mundo Daniel Titelman, director de la División de Desarrollo Económico de la Cepal.
Para este año la Cepal proyecta una histórica caída de la economía regional de 7,7%, mientras que para el 2021 espera un crecimiento de 3,7%.
Si no hay grandes cambios en el horizonte, podría decirse que América Latina tocó fondo y que ahora está iniciando un lento proceso de recuperación.
Y durante esa recuperación, los tres países que tendrían el mayor crecimiento económico el próximo año serán: Perú (9%), Panamá (5,5%) y Bolivia (5,1%).
Un año electoral en Perú
A pesar del devastador impacto económico de la pandemia en Perú, el ministro de Economía y Finanzas, Waldo Mendoza, dijo que el país está mostrando una recuperación «mucho más rápida» que el resto de los países de la región.
Entre las razones, mencionó una disminución en el avance de la pandemia y los efectos de los paquetes de estímulo destinados a contener la crisis económica.
«Hay una situación un poco más manejable que nos permite abrir con un poco más de confianza y menos riesgo las actividades económicas», señaló Mendoza, miembro del gabinete del gobierno de Francisco Sagasti, quien asumió la presidencia de Perú en medio de una profunda crisis política a mediados de noviembre.
Si la economía de Perú crece 9% en 2021, como ha proyectado la Cepal, se convertirá en el país con el mayor despegue económico de la región, tras haber liderado el ranking del peor desempeño regional (después de Venezuela) en 2020.
Un efecto rebote de la economía que no solo estará condicionado por la evolución de la pandemia, sino además por las condiciones políticas.
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«Hay incertidumbre por razones de salud y por razones políticas», explica Diego Macera, gerente del Instituto Peruano de Economía, IPE, en diálogo con BBC Mundo.
«Si hay inversión privada, se crea empleo y eso impulsa el rebote económico, pero si el Congreso que será elegido el próximo año se parece al que tenemos ahora, el golpe a la confianza será grande«, apunta.
Las elecciones presidenciales y parlamentarias están convocadas para el 11 de abril y la segunda vuelta, en caso de que ningún candidato resulte ganador, está prevista para junio.
En el frente económico, una de las señales alentadoras para el próximo año es que los expertos esperan mejores resultados en el sector minero, especialmente en productos como el cobre.
Sin embargo, una de las principales preocupaciones se refiere a qué va a ocurrir con el empleo y el subempleo y cómo el país logrará conseguir las dosis de vacunas necesarias para mantener el virus bajo control.
La recuperación de Panamá
«La recuperación depende de que se aclare la bruma de la pandemia», le dice a BBC Mundo Samuel Moreno, presidente del Colegio de Economistas de Panamá.
Si se genera más confianza en la población, explica, aumentará el consumo interno y mejorará la expectativa para hacer negocios en el país.
Panamá es el segundo país, después de Perú, con la mayor tasa de crecimiento del PIB proyectada para 2021, según la Cepal.
La actividad económica aumentaría 5,5%, después de haber experimentado uno de los mayoees desplomes económicos regionales este año, con una caída cercana al 11%.
«Tengo una visión positiva», apunta Moreno, porque en el último trimestre de este año han surgido señales que hablan de una reactivación, como por ejemplo, la reanudación de las operaciones de la aerolínea Copay de las actividades comerciales y financieras.
Pese a los problemas causados por la pandemia, Panamá mantiene una buena calificación de riesgo por parte de las agencias internacionales, agrega el economista, algo que contribuye a la velocidad de la recuperación.
Una pieza esencial de la economía, el Canal de Panamá, también ha comenzado a mostrar buenas señales.
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«Esperamos que el comercio mundial se recupere en 2021 y que eso siga influyendo positivamente en la reactivación de los flujos comerciales en las actividades del canal», explica Titelman, de la Cepal.
«También esperamos un aumento en el comercio interno, especialmente en la construcción y en los servicios financieros», agrega.
Uno de los mayores desafíos para el año que viene, coinciden los expertos, es la generación de empleo en un país con altos niveles de desigualdad, donde no está garantizado el acceso a los servicios básicos en las zonas rurales habitadas principalmente por poblaciones indígenas y comunidades afrodescendientes.
Incluso el Banco Mundial ha manifestado que una de sus preocupaciones es que los profundos niveles de desigualdad que existen en el país aumenten como consecuencia de la pandemia, provocando un alza de la inseguridad alimentaria y desnutrición infantil.
Una preocupación compartida por Gersán Joseph Garzón, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de Panamá.
«Esta pandemia ha revelado la gran desigualdad que existe en el país», apunta.
Uno de los motores esenciales para la reactivación, explica el economista en diálogo con BBC Mundo, es que aumente el gasto público para generar nuevas fuentes de trabajo.
«Una gran parte del empleo depende de los proyectos de infraestructura impulsados por el gobierno. Eso ayudaría mucho».
Los desafíos de Bolivia
Bolivia ocupa el tercer lugar entre los países latinoamericanos que podrían tener un mayor efecto rebote de su economía, con un crecimiento de 5,1% en 2021, después de una profunda caída de 8% en 2020, según los cálculos de la Cepal.
El gobierno de Luis Arce, que inició su mandato el 8 de noviembre tras un largo período de inestabilidad política en el país, está impulsando una serie de medidas que incluyen un aumento de la inversión pública, entrega de bonos y créditos con bajo interés para productores y la creación de un impuesto permanente a las grandes fortunas.
Y el presupuesto nacional para el próximo año refleja un fuerte aumento del endeudamiento y del gasto público para apuntalar el crecimiento económico.
«Esperamos que las políticas de transferencias de ingresos que se están llevando a cabo en Bolivia permitan activar la demanda interna», plantea Titelman y agrega que también podría generar más dinamismo económico el programa de recuperación productiva que está implementando el gobierno.
En cuanto a las exportaciones, una fuente esencial de recursos para Bolivia es la venta de gas natural a países del Conosur.
Es por eso que «la evolución de Brasil y de Argentina va a influir de manera significativa en la recuperación de Bolivia el próximo año», apunta Titelman.
Los planes para recuperar la economía boliviana, tal como ocurre con el resto de los países, están sujetos a la gran incógnita sobre el control del virus.
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«No sabemos qué va a pasar con la pandemia. La recuperación dependerá de si hay que tomar medidas de restricción de la actividad económica y la movilidad de las personas», le dice a BBC Mundo Juan Antonio Morales, expresidente del Banco Central y profesor de la Universidad Católica Boliviana.
También influirán otros factores como la evolución del contexto económico internacional y los precios de los recursos naturales, explica. En ese frente, hay ciertas señales de esperanza.
«Los precios de los commodities han tenido un rebote considerable», que favorecen a la minería local, apunta el economista.
Y también se ha visto un aumento en el precio de algunos alimentos, agrega, un fenómeno que puede ser «una buena noticia para los exportadores de esos alimentos, pero una mala noticia para los precios internos».
Son tantos los elementos que entran en juego a la hora de analizar las perspectivas económicas para América Latina en 2021, que cualquier cambio en el escenario puede transformar las proyecciones.
Aunque si hay algo donde existe un poco más de certeza, es que faltan varios años para que la región recupere el crecimiento económico que tenía antes de la pandemia, y un tiempo aún más largo para que mejoren los indicadores sociales.
Fuente: msn.com