Bolivia, un país mediterráneo con una economía aún modesta en el contexto global, empieza a proyectarse hacia Asia con una conexión estratégica a través del megapuerto de Chancay, Perú, operado por la naviera más grande del mundo: Cosco Shipping Lines.

Actualmente, Bolivia moviliza aproximadamente 160.000 TEUs anuales a través de los puertos de Arica e Iquique, una cifra que representa apenas un suspiro en comparación con el puerto de Shanghai, que mueve esa misma cantidad en tan solo 16 horas.
Sin embargo, el contexto regional está cambiando. A partir de marzo del presente año, Cosco Shipping Lines, representada en Bolivia por Renavibol, implementó el servicio feeder “Chancay Express”, una conexión marítima semanal que rota entre Chancay, Iquique, Arica, Callao y vuelve a Chancay, con un tiempo de tránsito de solo 7 días. Esto permite a los importadores bolivianos optimizar sus tiempos utilizando Iquique y a los exportadores aprovechar el puerto de Arica, mejorando la eficiencia de la logística en ambas direcciones.
Chancay como nodo estratégico global
El megapuerto de Chancay no es un puerto convencional. Diseñado para operar buques nodrizas con capacidad superior a 10.000 TEUs, solo unos pocos puertos en el mundo pueden recibir estas embarcaciones, debido al calado necesario, la infraestructura tecnológica y la eficiencia operativa.
Chancay cumple con todos estos requisitos. Es un puerto 100% privado, administrado por un consorcio formado por Cosco Shipping Ports (60%) y Volcán Compañía Minera (40%), con una inversión prevista de 3.600 millones de dólares, distribuidos en tres fases.
Además, su nivel de automatización lo convierte en el primer puerto inteligente de Sudamérica. Esta característica le permite minimizar los riesgos de conflictos laborales, una situación frecuente en puertos sindicalizados como los del norte chileno o el sur peruano, que afectan la previsibilidad logística. Según Andrés Sánchez de Lozada, gerente general de Cosco Shipping en Bolivia, la automatización del megapuerto elimina los riesgos de huelgas y bloqueos, haciendo de Chancay una opción confiable y eficiente.
Servicios y tiempos competitivos

Cosco ha establecido seis servicios de naves nodrizas que conectan directamente a Chancay con el resto del mundo. Destacan el WSA3 para importaciones, con un tránsito de 25 días desde Shanghái, y el WSA5 para exportaciones, con un tránsito de 23 días hacia Shanghái, cifras significativamente menores frente al promedio regional que ronda entre 45 a 60 días.
Sin embargo, la ubicación geográfica de Bolivia sigue siendo un factor determinante. Para la mercadería boliviana, especialmente la que se origina en Santa Cruz, La Paz o el occidente del país, la ruta más corta sigue siendo a través de los puertos chilenos. El trayecto terrestre hasta Arica es de 1.250 km, mientras que llegar a Chancay implica recorrer 2.500 km con carreteras en mal estado y costos elevados de combustible.
Esto hace que la mejor estrategia sea utilizar el feeder de Cosco para conectar Arica e Iquique con Chancay, y desde allí integrarse a las rutas internacionales. No obstante, Chancay gana protagonismo como alternativa estratégica en casos de conflictos sindicales que puedan afectar a los puertos tradicionales.
Proyección futura
La fase futura del megapuerto incluye una terminal de graneles sólidos, que sería clave para Bolivia en la exportación de soya y minerales, y el desarrollo de zonas económicas especiales para atraer inversiones industriales y tecnológicas, apuntando a convertir a Chancay en un hub regional y puerta del Pacífico para Sudamérica.
Bolivia: pequeño jugador, gran potencial
Actualmente, el flujo de carga boliviana vía Cosco se distribuye en 80% hacia Asia, 15% hacia América y 5% hacia Europa, lo que confirma el enorme peso del mercado asiático en el comercio exterior del país.
Aunque la economía boliviana aún mueve cifras modestas, las nuevas rutas logísticas, el avance de puertos como Chancay y la visión estratégica de actores globales como Cosco, abren una ventana de oportunidad para insertarse con mayor eficiencia y competitividad en el comercio internacional.