La ciudad de San Antonio fue escenario del bautismo del remolcador VERONICA V, una moderna embarcación de 5.400 HP adquirida por la empresa Girona – Río Sur Transporte y Logística y construida en los astilleros Concordia Damen de los Países Bajos.

Este evento representa un avance para la flota fluvial paraguaya, pero también pone sobre la mesa un debate crítico: ¿Por qué una embarcación de armadores paraguayos no fue construida en Paraguay?
Gobierno celebra, pero la inversión se va al exterior
Durante la ceremonia, el ministro de Industria y Comercio, Javier Giménez, destacó el compromiso del Gobierno con el desarrollo del sector logístico y el fortalecimiento de la hidrovía Paraná-Paraguay. Subrayó la importancia de robustecer instituciones clave como la Prefectura, la Marina Mercante, la ANNP, la Armada Nacional, el MOPC y el MIC, con el objetivo de facilitar el crecimiento del sector privado.
Sin embargo, resulta llamativa la benevolencia del MIC al aplaudir con entusiasmo una inversión que, aunque beneficia a la logística nacional, no se tradujo en un impulso real para la industria naval paraguaya. Se celebra la llegada del VERONICA V como un «gran logro», pero se omite el hecho de que el dinero y el desarrollo tecnológico se quedaron fuera del país.
VERONICA V: Tecnología y operatividad en la hidrovía
El remolcador VERONICA V ha sido diseñado para operar en aguas de bajo calado, lo que le permite seguir navegando incluso en épocas de bajante extrema. Con 41 metros de eslora, 15,5 metros de manga y un calado mínimo de 1,83 metros, es capaz de movilizar convoyes de hasta 12 barcazas, optimizando el transporte de carga en la hidrovía.
Esteban Dos Santos y Ricardo Dos Santos, referentes y líderes del sector naviero y portuario, han destacado la importancia de esta nueva incorporación, que sin duda contribuirá a mejorar la eficiencia logística en el país.

Crítica: ¿Por qué no se construyó en Paraguay?
Si bien la modernización de la flota es clave, queda en evidencia la falta de apuesta por la industria naval paraguaya. Es paradójico que empresas paraguayas sigan invirtiendo en astilleros extranjeros cuando el país cuenta con la capacidad, el talento y la experiencia para construir este tipo de embarcaciones.
Los astilleros paraguayos han demostrado en reiteradas ocasiones su capacidad de construir remolcadores y barcazas con tecnología de primer nivel, pero siguen sin recibir el apoyo ni la confianza de los propios empresarios del sector. ¿Por qué no se construyó el VERONICA V en Paraguay? ¿Dónde están las políticas de incentivo para fortalecer la construcción naval nacional?
LHG Mining: Otra inversión que no llega a Paraguay
El caso de LHG Mining es otro ejemplo de esta tendencia. Se anunciaron inversiones con gran entusiasmo, pero en la práctica, su impacto en la economía paraguaya ha sido mínimo. Mientras en Paraguay apenas se habla de romper piedras en el río, en Brasil se están construyendo 20 remolcadores y 400 barcazas para la misma empresa.
Urge una apuesta real por la industria naval paraguaya
El bautismo del VERONICA V es un paso adelante para la flota paraguaya, pero es momento de que las inversiones en el sector fluvial también beneficien a la industria local. Paraguay tiene la capacidad y el talento para construir sus propias embarcaciones, pero sin el respaldo del sector privado y políticas públicas de incentivo, seguirá dependiendo de la industria naval extranjera.
El MIC y los empresarios del sector deben replantearse su rol en el desarrollo industrial del país. De lo contrario, se seguirá celebrando «grandes logros» que, en realidad, son oportunidades perdidas para Paraguay.