Durante la Segunda Guerra Mundial, Gran Bretaña proyectó construir 16 portaaviones ligeros, clase Colossus. Se terminaron diez y las otras seis se concluyeron como clase Majestic, con mejoras técnicas para operar aviones mayores. Con el fin de la contienda bélica, los buques fueron vendidos. La Marina Real de Canadá compró en 1946 el HMCS Warrior (CVL 20), lo usó hasta 1948, y lo devolvió a la Marina Real Británica, que lo denominó HMS Warrior (R31) y lo tuvo en su flota hasta 1958.
Fue cuando el gobierno del presidente Arturo Frondizi autorizó su compra para que la Armada Argentina tome posesión el 4 de noviembre de 1958 y lo rebautice ARA Independencia (V-1). El primer portaaviones argentino atracó en el Apostadero Naval de Puerto Belgrano, a 30 km. de Bahía Blanca en el sur bonaerense, el 30 de diciembre.
Tras ser acondicionado, zarpó de allí el miércoles 3 de junio de 1959 rumbo al Golfo Nuevo (Chubut), donde el lunes 8, se realizó el primer anavizaje (posaje sobre una nave).
El portaaviones en plena actividad durante una capacitación en Estados Unidos en los años 50 para militares argentinos / PH: Suboficial Mayor Gabriel Damiano – Zona-militar.com
Un avión despegó por última vez de su cubierta en diciembre de 1968 y estuvo en servicio hasta 1969. Ofrecido a la Marina de Guerra del Perú y rechazado, fue dado de baja y enviado a desguace.
Dos cuadras y seis pisos
La clase Colossus de portaaviones medía 212 metros de eslora (largo), 24 de manga (ancho) y 7 de calado (profundidad desde la línea de flotación).
El portaaviones Independencia en toda su dimensión mientras corrían tiempos operativos / Nocturno Culto – zona-militar.com
Poseía cuatro calderas Admiralty y turbinas Parsons que podían arrastrar más de 19 mil toneladas con una velocidad máxima de 24 nudos.
Estaba equipado con una batería principal de cuatro pompoms (cañones automáticos) de 3 libras y 24 de de 2 lbs, y 19 cañones de 40 mm.
El navío tenía espacio para 35 aviones y una tripulación de 1.050 hombres más los grupos de servicio aéreo, sumando unos 1.300. También desempeñaba tareas a bordo un helicóptero, para rescate o traslados.
Los expertos resumieron las dificultades de traslado de la nave a Rosario con una figura arquitectónica: es como mover un edificio de dos cuadras de largo y seis pisos de alto.
La segunda versión del filme pasatista “La muchachada de a bordo”, dirigido en 1967 por Enrique Cahen Salaberry, y protagonizado por Carlos Balá y Leo Dan, fue rodado en parte en el portaaviones Independencia.
El Independencia sirvió de escenario para la segunda versión en 1967 del filme «La muchachada de a bordo» con Fabio Zerpa, Tito Lusiardo y Carlitos Balá / Facebook/Grandes de la Escena Nacional.
Licitación y flete
Decidido el final de su vida útil, el portaaviones Independencia entró en un proceso de llamado a licitación para su desguace. Las empresas Mercantil del Litoral SA y Saric SA ganaron la convocatoria con una oferta de m$n 222.200.000 y le compraron el navío a la Marina de Guerra argentina.
El portaaviones ARA Independencia fue trasladado desde la Base Naval de Puerto Belgrano, en el sur bonaerense, hacia el Puerto de Rosario gracias a las gestiones de los adquirentes, Manuel Fernández en representación de Saric SA, y Leonardo C. Guelar e Isidoro Gelard (ambos serían Guelar) por la firma Mercantil del Litoral SA, quienes intervinieron «activamente en el alistamiento de la nave y su fletamiento».
El navío debió ser remolcado hasta Rosario ya que para esa altura no poseía su hélice, no tenía energía eléctrica propia ni estaban montados sus armamentos.
El acarreo se realizó solamente en horas diurnas y estuvo a cargo de la Flota Fluvial del Estado. Colaboraron en el remolque y atraque de la embarcación la Prefectura Rosario y la Capitanía del Puerto local.
El 25 de octubre de 1971 La Capital informa sobre la llegada del portaaviones al puerto local / Archivo Histórico Diario La Capital.
Con algunos inconvenientes en el traslado, el buque debió llegar el 23 de octubre de 1971, pero lo hizo cerca de las 19 del domingo 24 «ya sin vida» a una rada cerca del arroyo Saladillo y al otro día fue apostado en la margen que linda con la avenida Belgrano a la altura del parque Urquiza, cerca de la bajada Pellegrini, en las plazoletas 29 y 30. Todos los movimientos fluviales fueron acompañados por gran cantidad de público. El despiece comenzó el lunes 25 de octubre de 1971.
Saldos y retazos
Según refiere el Diario La Capital del 23 de octubre de 1971, el portavoz de ambas compañías, capitán (R) Manuel Alberto Schneidewind, dijo que el desguace se realizará «con el fin de utilizar los elementos obtenidos como materia prima para la industria siderúrgica local». Fue secundado por Valentín Oberdan Barchi.
Las empresas ganadoras de la licitación aseguraron que los gastos para una tarea de semejante magnitud como la de desarmar un portaaviones ascendieron a m$n 150.000.000. La faena significó un fuerte aumento del empleo en el sector portuario, y otros secundarios, y del comercio siderúrgico como consecuencia del minucioso trabajo de desguace.
Los compradores también debían vender sus partes. Y para ello se llamó a una subasta pública. Contrariamente a la costumbre, no se pudo recorrer el navío debido a «las condiciones precarias de seguridad existentes».
Los fragmentos del portaaviones Independencia tuvieron diferentes destinos. En la plataforma Facebook, Jose Luis Avetta hace referencia a las chimeneas del portaaviones que fueron transformadas en silos para granos e instaladas en el barrio Chaumet de Carcarañá, una localidad a unos 50 km. al oeste de Rosario.
Las chimeneas del portaaviones son actualmente silos ubicados en la localidad santafesina de Carcarañá / Gentileza: Jose Luis Avetta.
Por su parte, Fernando Sonvico comentó que otras partes del navío fueron a fundición en la planta de Acindar en calle Ovidio Lagos al 3900. Asimismo, Diana Albanese también hace memoria y apunta al remate en el que su padre compró colchones de gomaespuma de las literas. Su hermano Luis Albanese también tiene presente al Independencia y ofrece un dato interesante: el «crecimiento» del portaaviones, sobre el nivel del río, a medida que se le quitaban sus partes y pesaba cada vez menos.
Horacio Taleti recuerda haber ido con su padre y su tío a ver la embarcación ya que éste último estaba interesado en el desguace por recomendación de su contador. «Es un gran negocio» le habría dicho. Taleti le contó a La Capital que gran parte del navío se vendió como chatarra, separando metales de valor como el cobre.
El desguace del portaaviones Independencia se extendió por un año y medio. El ARA Independencia fue sustituido en 1969 por un portaaviones-hermano de la marina holandesa: el ARA 25 de Mayo (antes HMS Venerable y HNMLS Karel Doorman)
Fuente: www.lacapital.com.ar