Alan Baer ha pasado los días transcurridos desde que un portacontenedores derrumbó el puente Francis Scott Key intentando redirigir unos 15 containers en el puerto de Baltimore a otras puertas, mientras espera saber cuándo podrá recuperar 10 containers que aún permanecen en el Dali entre los escombros del puerto de Baltimore.
“Se sigue ampliando el círculo de lo que hay que hacer”, dijo el director ejecutivo de la empresa transitaria OL-USA. “Hay una especie de círculo de los primeros cinco metros en el que vas a hacer lo inmediato. ¿Qué hay en el muelle, qué hay en el barco? ¿Qué hay en el puerto? ¿Qué hay en ruta, y luego qué hay a largo plazo?”, agregó.
El esfuerzo por localizar envíos, encontrar nuevos puertos y unir nuevos transportes forma parte de una ingente empresa logística en uno de los mayores puertos de la costa este de Estados Unidos y sus alrededores. En ella participan operadores, como los principales fabricantes de automóviles de todo el mundo, camioneros locales y ferrocarriles, así como una serie de exportadores e importadores que intentan contener el impacto de la última interrupción que ha afectado a las cadenas de suministro mundiales.
El puerto lleva cerrado desde el 26 de marzo, cuando el buque con bandera de Singapur y destino en Sri Lanka perdió potencia y colisionó con el puente, arrojando grandes secciones del vano al río Patapsco.
Las autoridades iniciaron la semana pasada la complicada tarea de retirar los escombros del lugar, incluidas las partes del puente que se encuentran en aguas turbias con escasa visibilidad para los buceadores.
Los estudios del fondo del río en el canal de 15 metros muestran que los restos “son mucho más extensos de lo que podíamos imaginar”, explicó el coronel Estee Pinchasin, comandante de distrito del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE.UU., en una reunión informativa sobre las tareas de limpieza la semana anterior.
“Tenemos partes de los restos completamente derrumbadas. Lo que esto significa es que el estado de los restos hace que sea muy difícil saber dónde y cómo cortar”, comentó.
Las autoridades portuarias no han estimado cuándo esperan reabrir el canal de navegación a los buques.
El grupo de análisis de negocios Dun & Bradstreet, calculó el impacto semanal del cierre del puerto en el comercio en alrededor de US$ 1.700 millones, basándose en el valor de los bienes de consumo, automóviles, carbón y otros envíos que se movieron a través del puerto en promedio cada semana en 2023.