La Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (CAPECO), con 45 años de trayectoria, sigue siendo un pilar estratégico para el desarrollo de la cadena agroexportadora del país. En comunicación exclusiva con Paraguay fluvial y Magazine 360, su Director Ejecutivo, Ing. Hugo Pastore, abordó diversos temas que hacen al comercio internacional de oleaginosas, destacando el impacto de las políticas arancelarias, las condiciones fluviales para la exportación, y los desafíos de trazabilidad impuestos por la Unión Europea.

Comercio global y aranceles: El impacto en la soja
Pastore explicó que la reciente escalada de aranceles impuesta por China sobre productos estadounidenses —incluida la soja— genera distorsiones en el comercio global. “Cuando menos trabas existen para el comercio, es mejor para todos los involucrados, afirmó. Esta situación deja fuera de competencia a Estados Unidos, segundo mayor exportador mundial, durante su temporada alta en el segundo semestre, lo que obliga a China a reforzar sus compras en el hemisferio sur, especialmente a Brasil, Argentina y Uruguay.
Este cambio de dinámica tiene un impacto directo en los premios portuarios, que ajustan el mercado físico más allá de lo que reflejan las cotizaciones de la Bolsa de Chicago. «Esos premios sí reflejan las necesidades reales de los compradores como China y de los oferentes del sur como Brasil y Argentina», puntualizó.
Logística fluvial: entre desafíos y avances
Sobre las condiciones actuales de navegación en los ríos Paraguay y Paraná, Pastore explicó que las exportaciones iniciaron con dificultades debido al bajo calado durante febrero y marzo, así como los sedimentos arrastrados por el río Bermejo. No obstante, la situación muestra una mejora paulatina con la subida del río Paraguay y el descenso de los sedimentos. En cuanto al río Paraná, destacó la importancia del dragado de mantenimiento en los pasos aguas abajo de la represa de Yacyretá, fundamental ante el inicio de la temporada de aguas bajas.
Trazabilidad y normativa europea: un desafío en marcha
Uno de los grandes retos del sector es adaptarse a la reglamentación 1115 de la Unión Europea, que exige trazabilidad completa para productos como la soja, carne bovina y madera. Pastore explicó que gremios como CAPECO, UGP, FECOPROD y CAPPRO trabajan en el desarrollo de un sistema de trazabilidad nacional, con el apoyo de técnicos locales y en diálogo con autoridades y cámaras europeas en Bruselas.

“Valoraron mucho la presencia de un equipo técnico paraguayo y seguiremos con el trabajo conjunto desde los gremios”, señaló, aunque también manifestó preocupación sobre ciertas exigencias, como la segregación física del producto, que podría afectar la inclusión de pequeños productores.
“Paraguay ha logrado reducir la pobreza en más del 50% en los últimos 20 años gracias a la integración de pequeños productores a las cadenas de valor. Hemos transmitido nuestra postura de que ciertos puntos de la normativa deben revisarse”, subrayó.
El rol estratégico de CAPECO
Con una visión integral, Pastore resaltó el papel protagónico que ha tenido CAPECO a lo largo de sus 45 años: desde el apoyo al productor, la facilitación logística y tecnológica, hasta la participación en cuestiones normativas y de apertura de mercados.
“El año pasado superamos los 11 millones de toneladas y creemos que podemos llegar a los 15 millones en producción de soja. Toda la cadena de valor tiene un rol fundamental en este crecimiento”, afirmó.
Finalmente, hizo un llamado a mejorar la comunicación sobre los logros del sector: “Muchas veces estamos ocupados haciendo lo que hay que hacer y no contamos lo que se hace bien. Eso también es una tarea pendiente, tanto del sector privado como público, y de los medios”.