El transporte marítimo internacional, considerado la columna vertebral del comercio global, se enfrenta a una creciente inestabilidad. Un reciente informe de la consultora Drewry encendió las alarmas en el sector al revelar un preocupante aumento en la cancelación de salidas —conocidas como blank sailings— en las principales rutas comerciales del mundo.
Según el análisis, entre la semana 19 (del 5 al 11 de mayo) y la semana 23 (del 2 al 8 de junio) se cancelarán 68 salidas de un total de 698 zarpes programados. Esto representa un 10% de las salidas anunciadas, afectando directamente rutas clave como la Transpacífico, la Transatlántica y el corredor Asia-Europa/Medio Oriente.
El reporte detalla que la ruta más golpeada es la transpacífica en dirección este (Asia hacia América del Norte), que concentra el 47% de las cancelaciones. Le siguen los trayectos entre Asia y Europa/Mediterráneo (37%) y la Transatlántica oeste (16%). Estos números reflejan el enfriamiento de la demanda en los mercados occidentales, en particular en Estados Unidos, que está ralentizando el flujo de mercancías provenientes de Asia.
A pesar de este sombrío panorama, Drewry proyecta una leve mejora en la puntualidad de los itinerarios, con un cumplimiento cercano al 90%. En este aspecto se destaca la alianza marítima Gemini, que podría alcanzar una tasa de puntualidad del 98%. No obstante, la consultora advierte que esta mejora puede ser pasajera si las navieras continúan ajustando su capacidad mediante más salidas en blanco.
Uno de los principales factores detrás de esta crisis es la reducción del volumen de carga en la ruta China-EE.UU., derivada de las tensiones comerciales entre ambas potencias. Nuevos aranceles impuestos por Washington han llevado a importadores norteamericanos a congelar pedidos a la espera de una eventual negociación, que por ahora no figura en la agenda bilateral.
“Muchos compradores estadounidenses han retrasado o cancelado envíos con la esperanza de que futuras negociaciones alivien las tensiones comerciales”, señala Drewry. Esta conducta ha dejado a varios buques navegando con carga parcial, afectando la eficiencia operativa y presionando aún más los márgenes del sector.
Las navieras están respondiendo con una gestión activa de sus capacidades: cancelan itinerarios, rediseñan rutas y aplican una estrategia de flexibilidad ante la incertidumbre. Un ligero aumento en las exportaciones desde el Sudeste Asiático —Vietnam y Tailandia, principalmente— podría mitigar parcialmente la caída, aunque también amenaza con generar desequilibrios de espacio y disponibilidad a corto plazo.
En cuanto a las tarifas, la tendencia también es descendente. Al 1 de mayo, el Índice Compuesto WCI de Drewry bajó un 3% intersemanal, ubicándose en 2.091 dólares por contenedor de 40 pies. Las tarifas en el eje transpacífico cayeron un 2%, mientras que las rutas Asia-Europa y transatlánticas sufrieron descensos del 4% y 3%, respectivamente.
La combinación de caída en la demanda, sobrecapacidad estructural y feroz competencia entre operadores configura una tormenta perfecta para el transporte marítimo internacional. Drewry concluye su análisis con una advertencia: “Dada la continua incertidumbre del mercado, se recomienda a los transportistas que permanezcan preparados para la continua volatilidad y las interrupciones operativas”.
Las decisiones estratégicas que adopten las principales navieras en los próximos meses serán determinantes para definir el rumbo de un sector que, aún en plena era postpandemia, sigue buscando un nuevo equilibrio.
Por Redacción Paraguay Fluvial y Logística
Fuente: Portal Portuario, con aportes de la Redacción +P
