Más de 60 activistas de la ONG ambientalista Greenpeace bloquearon desde el pásado miércoles el acceso al puerto de Ámsterdam a un buque con 60 millones de kilos de soja provenientes del Brasil, en una protesta para exigir una ley en la Unión Europea (UE) “nueva y fuerte” contra la deforestación.
Los voluntarios mantienen bloqueadas las esclusas por las que debe pasar el buque Crimson Ace de bandera de Singapur, para entrar al puerto neerlandés.
Países Bajos es la puerta de entrada a Europa de productos como el aceite de palma, carne y soja para la alimentación animal, “a menudo vinculados con la destrucción de la naturaleza y las violaciones de los derechos humanos”, afirma Greenpeace.
La organización exige una legislación sólida y subraya que ya hay un proyecto de ley de la UE sobre la mesa que, dice, “podría poner fin a la complicidad de Europa en la destrucción de la naturaleza, pero está lejos de ser lo suficientemente fuerte”.
Por esa razón, alerta de que sólo levantará el bloqueo si los ministros de la UE se comprometen públicamente a ajustar el proyecto legislativo de cara a una reunión prevista para finales de junio.
“Cientos de barcos con soja para alimentación animal, carne y aceite de palma llegan a nuestros puertos cada año. Puede que los europeos no sean los que manejan las excavadoras, pero a través de este comercio, Europa comparte la responsabilidad de la tala total en Borneo y los incendios en Brasil”, señaló Andy Palmen, director de Greenpeace Países Bajos.
Consideró este buque brasileño como “parte de un sistema alimentario roto vinculado a la destrucción de la naturaleza” con el objetivo de la producción industrial de carne, y subrayó que la gran mayoría de la soja va destinada a los alimentos de vacas, cerdos y pollos.
Participan activistas de Brasil y 15 países europeos, además de líderes indígenas brasileños que se han sumado a la protesta en la ciudad IJmuiden, la puerta del mar, a bordo del Beluga II, el velero de 33 metros de eslora de Greenpeace.
Los escaladores bloquean las puertas de las esclusas con una pancarta en la que se puede leer: “UE: detén la destrucción de la naturaleza ahora”.
Además, varios activistas navegan en botes con pancartas en sus propios idiomas y grandes cubos inflables flotan en el agua con el mensaje “Proteged la naturaleza” y los nombres de más de 10.000 personas de seis países que, según Greenpeace, apoyan esta protesta.
“Hemos sido expulsados de nuestra tierra y nuestros ríos han sido contaminados con veneno, todo para dar cabida a la expansión del agronegocio», advirtió Alberto Terena, líder indígena del Consejo del Pueblo Terena en el estado de Mato Grosso do Sul.
Para este líder indígena, «Europa comparte la responsabilidad por la destrucción de nuestros hogares. Pero esta legislación puede ayudar a detener la destrucción futura”.
Además, instó a los ministros de la UE a garantizar los derechos de los pueblos indígenas y el futuro del planeta, y alertó de que “la producción de alimentos para sus animales industriales y la carne de vacuno que se importa ya no deberían significar” el sufrimiento de su pueblo.
Fuente: EFE