Lic. Carlos de Arrascaeta
(Editorial del Boletín Informativo Marítimo 20/20)
La pregunta que nos hacemos es si ¿tomamos notas de lecciones aprendidas, al menos con lo que hemos podido saber hasta el momento?
¿Cuantas veces nos han escuchado o leído decir y hablar de tres temas que entendemos deberían ser prioridad en las companías navieras: el control de consumos de alcohol y drogas; el control de consumos de combustibles para evitar maniobras fradulentas; el control y planificación de la derrota?
Nuestros alumnos seguro que me han escuchando más de una vez.
Mis colegas otras tanto Desde las gerencias y direcciones de las empresas también.
En el caso del Desastre de las Islas Mauricio, estamos hablando de un posible caso de una fiesta a bordo festejando un cumpleaños. Y si hablamos de fiestas de este tipo seguramente hablamos de consumos de alcohol y droga, eso es más claro que las propias aguas de la zona del incidente.
Es que el alcohol, y ahora las drogas, son tan comunes a bordo como en la sociedad misma. Los porcentajes de consumos son incluso mayores en algunos casos.
La fatiga es otro elemento que influye mucho en ese consumo de alcohol y drogas Son temas que las compañías deben tratar.
Hace dos meses aproximadamente recibimos un video de un domingo, a bordo de un buque que navegaba en esta región.
Domingo al medio día. Asado en cubierta.
Asado, parrilla.
Tratar de pasar lo mejor posible un domingo primaveral en invierno mientras navegaban.
Las tomas eran muy buenas, el asunto es que si miramos detalladamente la cantidad de latas de cerveza a bordo era en montañas.
Los tripulantes cabeza gacha, con el celular, alguno acostado. Alcohol y estado etílico seguramente en valores muy importantes.
Pero lo más interesante comienza cuando le hacemos llegar esas imágenes a un gerente de la compañía y hasta el día de hoy no ha hecho nada.
La pregunta que nos hacemos es ¿qué estamos esperando para ser proactivos?
Por supuesto que estos casos son la minoría dentro de una enorme industria donde el inmensa mayoría trabaja a conciencia y profesionalmente.
Por supuesto que estamos hablando de casos aislados.
Pero esos casos aislados son los que producen accidentes, varaduras, colisiones, incendios, derrames, lesiones, muertes.
Es tan irresponsable el Capitán que permite esto como el gerente que sabiendo no hace nada.
Es siempre culpable el Capitán ya, como concluimos en el Taller “El Capitán como Gerente del Buque” que no hay nadie que tenga mayor Autoridad a Bordo como El, y la Autoridad va siempre acompañada de la Responsabilidad.
Pero pueden haber más responsables
En el extracto del caso del derrame de hidrocarburos en las Islas Mauricio por el MV Wakashio se indica que “… se buscará una compensación por la filtración del «propietario y la aseguradora» y la firma japonesa Nagashiki Shipping se ha comprometido a responder a las solicitudes de compensación…”
A la larga o a la corta, si no tomamos acciones preventivas y disuasivas en tiempo y forma, hay que indemnizar.
Porque los accidentes cuando hay temas de alcohol o drogas en tripulantes, si la compañía no adopta medidas preventivas o disuasivas y correctivas si fuera necesario, entonces siempre será responsable.
Tengamos cuidado no caer en ese dilema tanto en el control de consumos de alcohol y drogas a bordo, como en el control de consumos de combustibles para evitar maniobras oscuras como las que se han hecho pública en Paraguay en la última semana, como en el control de equipamiento y seguridad a bordo, como en la implementación de adecuados planes de protección de los buques, como en la verificación y supervisión de planes de navegación como en el la capacitación y formación del personal en tierra como a bordo y tantos otros temas más.
Seamos precavidos de no caer en el “No tengo tiempo” “Estamos tremendamente ocupados por el día a día”
“Los temas del ahora no nos dejan margen ni tiempo para analizar estos temas” Son algunas de las respuestas habituales.
Si nos acostumbramos a eso entonces cuando ocurran accidentes, y en especial accidentes graves, tal vez ya no tengamos más tiempo para nada y se deban pagar indemnizaciones (en el mejor de los casos), se nos despida (en un caso intermedio) o terminemos luego ante la justicia.
Que lo urgente no nos tape la visión de lo importante.