La logística fluvial, columna vertebral del comercio y transporte en Paraguay, enfrenta un nuevo y preocupante obstáculo: la habilitación de amarraderos sin criterios técnico-operativos adecuados, autorizados por la Prefectura General Naval. Esta situación, denunciada por diversos actores del sector, está generando un impacto negativo en la eficiencia de las operaciones y un aumento significativo en los costos para las empresas navieras que operan a lo largo del río Paraguay.
Los nuevos puntos de amarre, ubicados en zonas geográficamente irrelevantes y de difícil acceso, como los pasos de Arrecife y Bretona, están provocando serios problemas operativos. A pesar de los ya existentes desafíos naturales, como las extremas bajantes que complican el tránsito fluvial, las embarcaciones se ven obligadas a detenerse en estos puntos, lo que genera demoras innecesarias, eleva los riesgos operativos y, en consecuencia, incrementa los costos.
Denuncias por Abuso de Poder
Las críticas no solo se centran en la ubicación de los amarraderos, sino también en la conducta del personal de la Prefectura en estas áreas. Según denuncias, los oficiales han sido acusados de imponer amarre obligatorio y ejercer un control excesivo sobre los capitanes de los buques, exigiendo la firma de documentos con carácter arbitrario. Este tipo de prácticas, vistas como abuso de poder, van en contra de las funciones primordiales de la Prefectura General Naval, cuya misión principal es salvaguardar la integridad territorial y proteger los intereses fluvio-marítimos del país.
Contradicciones y Consecuencias
A pesar de que la Prefectura sostiene públicamente la necesidad de actuar con profesionalismo, ética y eficiencia, las acciones denunciadas en el terreno parecen contradecir estos principios. La falta de un análisis técnico adecuado en la habilitación de los amarraderos ha generado un entorno caótico, afectando la operatividad de la logística fluvial. En el contexto actual, marcado por la bajante extrema del río Paraguay, cualquier demora o sobrecosto adicional puede tener consecuencias graves para la viabilidad del comercio.
Esta situación no se limita al tramo norte del río Paraguay, sino que también afecta al tramo sur, donde en zonas críticas de navegación se observan los mismos problemas. Llamativamente, las mismas personas y empresas involucradas en estas habilitaciones logran que el uso de estos amarraderos se convierta en una obligación, complicando aún más las operaciones.
Comparación con el Peaje Argentino
El impacto económico de estos amarraderos ineficientes ha generado comparaciones con el controvertido peaje implementado por el gobierno argentino en el río Paraná. Si bien dicho peaje fue considerado arbitrario, al menos se justificó con la promesa de realizar obras de mejora en el río. Sin embargo, los costos asociados a los amarraderos en el río Paraguay superan ampliamente el valor del peaje argentino, y, a diferencia de este último, no ofrecen ningún tipo de mejora en la infraestructura ni en las condiciones de navegación. Por el contrario, entorpecen las operaciones y encarecen la actividad logística de forma considerable.
Urgencia de Medidas Correctivas
En un momento crítico para la navegación fluvial, cuando el sector ya enfrenta desafíos naturales severos, la habilitación de estos amarraderos ineficientes solo ha contribuido a empeorar la situación. Las empresas navieras y operadores logísticos exigen una intervención más coherente y responsable por parte de las autoridades, que permita optimizar la actividad fluvial y evitar sobrecostos que impactan negativamente en toda la cadena de suministro.
La necesidad de una gestión más transparente y basada en criterios técnicos es clara. Solo así se podrá garantizar que el sector de la logística fluvial, clave para el desarrollo económico del país, pueda operar en condiciones que promuevan la competitividad y el desarrollo sostenible.