A través de un delegado designado por el conjunto de empleados de las expendedoras pertenecientes directamente a la marca que pidió no ser identificado por cuestiones de seguridad personal, detalló a surtidores.com.ar, el problema que sufren desde el mes de octubre de 2018, que se profundizó tras la entrada de la Argentina a la cuarentena obligatoria.
Más de 50 empleados de Estaciones de Servicio, ubicadas en Glew, Paraná, Solano y San Isidro; sin contar los trabajadores de la Planta cerrada de Dock Sud y las oficinas administrativas de la Petrolera de Venezuela, contaron sus penurias a este medio, de lo que llamaron “un calvario que comenzó hace dos años, al cual nadie parece dar respuestas”.
El referente de los trabajadores, padre de familia al igual que sus compañeros y compañeras, dijo que lleva 20 años de antigüedad, como le sucede a la mayoría del plantel. “En 2018, cuando el conflicto internacional de Estados Unidos con el gobierno de Maduro, llegó a la Argentina por intermedio de la decisión del entonces Presidente Mauricio Macri de congelar las cuentas de la compañía, dejamos de cobrar nuestros salarios en tiempo y forma”, recalcó el entrevistado.
Agregó que “al día de hoy nos deben un total de seis meses de sueldos y en el 2019 nos dejaron sin nada para las fiestas de navidad y fin de año, a la vez que de a poco todo se profundizó para mal y llegaron a dejar en el olvido a todos quienes trabajamos en las expendedoras de la cadena”, dijo.
Detalló que tras los insistentes reclamos a todos los entes y organismos de gobierno, como también al sindicato, “logramos que en marzo, una semana antes de la cuarentena, viniera a hablar con nosotros la representante de la petrolera, quien había prometido hacerse cargo de los sueldos y de nuestro futuro”.
Pero cuando comenzó el Aislamiento Preventivo Obligatorio, todo quedó en el olvido y actualmente, los trabajadores están sin manera de sustentarse y sin nadie que los escuche.
“Ya ni siquiera viene la policía a cuidar el establecimiento y esto provocó que comenzaran a robarse implementos de la estructura”, dijo el empleado y agregó que “la totalidad de las bocas de expendio de propiedad directa de PDVSA están cerradas o abandonadas”.
En el último de los casos, la que más tiempo sobrevivió fue la ubicada en Solano, Provincia de Buenos Aires, por el hecho de que tenía surtidores de GNC, ya que Venezuela no mandaba más productos de combustible líquidos a ninguna de las estaciones.
Pero en enero pasado, Edesur cortó el suministro eléctrico por omisión de pago, lo que derivó en falta agua y más tarde, Metrogás hizo lo mismo con el gas.
“Se supo en estos días que es posible que la petrolera sea alquilada a nuevos dueños y que piensan liquidar las bocas de comercialización, pero nadie dice qué piensan hacer con nosotros y nuestras familias”, lamentó tristemente el operario de la firma venezolana.
Mientras tanto alzó un pedido desesperado al Ministerio de Trabajo y al Sindicato de Trabajadores de Estaciones de Servicio para que contemplen el tema de manera urgente.
Fuente: surtidores.com.ar