La República del Paraguay históricamente siempre se ha hecho cargo del mantenimiento de los canales de navegación tanto en el río Paraguay como en el río Paraná, en aguas compartidas y en aguas jurisdiccionales propias. Esto refleja y demuestra claramente que desde este pequeño pero poderoso y codiciado país se comprende muy bien que debemos ser competitivos como región y como bloque y no de forma individual.
Pero consideramos injusto tener que meter a todos los gatos en la misma bolsa ya que hubieron gobiernos cuya balanza no pesaba precisamente hacia el lado “izquierdo” como los fueron algunos que han buscado diversos métodos para perjudicar, entorpecer o sencillamente trabar a la creciente y pujante logística fluvial que desarrolla Paraguay.
Solo por mencionar algunas de las imposiciones de los últimos años.
- La imposición de dimensiones de convoyes
- Exigencia de embarcar capitanes y prácticos Argentinos en embarcaciones Paraguayas
- Imposición de diversas tasas portuarias para operaciones en el Puerto de Buenos Aires
- Extremadamente llamativo y evidente aplicación de altísimos niveles de “controles” a embarcaciones Paraguayas en diversos puertos Argentinos pero en especial en Corrientes.
- La imposición de cobro de una tasa de peaje que equivale unos USD 55 MILLONES anuales de sobrecosto a la logística fluvial.
Durante el gobierno de Mauricio Macri solamente para no adentrarnos más años atrás y excavar en todas las alevosas trabas con fines perjudiciales que ha impuesto Argentina al Paraguay, han sabido cooperar con Bolivia, Con Brasil, Paraguay y hasta con Uruguay. Los resultados se han notado muy rápidamente, ejemplo claro fue la gestión de Gonzalo Mortola al frente de la administración del Puerto de Buenos Aires que elimino algunas tasas innecesarias que generaba sobrecostos en las operaciones en el puerto de Buenos Aires y asignó una dársena exclusiva para las operaciones con las cargas Paraguayas evitando así varios días de espera para cargas y descargas de contenedores.
Pero volviendo al punto en cuestión. Las embarcaciones Argentinas que operan en la hidrovía Paraguay-Paraná, son pocas pero operan aun, arriban al puerto de Asunción, Caacupemí, Fenix, San José, Puerto Seguro Villeta, Terport y otros puertos paraguayos y lo hacen como todas las demás embarcaciones, sin distinción de bandera, al igual que la flota Paraguaya, navegan el río Paraguay en gran parte gracias a las obras de dragado que si, efectivamente se desarrollan en varios pasos críticos entre Confluencia y el Río Apa, en un tramo de al menos 1.000 kilómetros. En el río Paraná, también se realizaron obras de dragado y aquí, no solamente el estado Paraguayo, sino también los 12 puertos que operan en la margen derecha del río Paraná, han invertido de forma privada para el mejoramiento de los pasos y así poder operar en temporada de bajante. Hoy resulta que el Puerto de Posadas, opera sin dificultades con embarcaciones que realizan cabotaje en territorio argentino, las cuales pueden arribar al Puerto de posadas, navegar el tramo compartido con Paraguay y bajar hasta los puertos del sur, en Argentina. Ésto es gracias al dragado que Paraguay ejecutó y pago con dinero del estado Paraguayo que pertenece a cada uno de los ciudadanos de la republica del Paraguay. En pocas palabras, Paraguay financió el mantenimiento del canal que hoy Argentina utiliza para quitar productos de una de las zonas sumamente pujante como lo es Misiones Argentina, y también arriban a Paraguay naves con bandera Argentina que emplean a gran cantidad de mano de obra del vecino país.
Sin embargo, desde el errático gobierno que aún se encuentra en el poder, tal vez por unos meses más, o tal vez por otro periodo, insisten en cobrar un peaje en concepto de mantenimiento de un canal natural de navegación que en la practica nunca se ha podido demostrar que hayan efectivamente realizado alguna obra de dragado, o, mantenimiento del rio en el tramo SANTA FE – CONFLUENCIA.
Solo nos queda esperar que el gobierno entrante que se elegirá en unos meses mas en Argentina tenga la capacidad suficiente de comprender que están sumamente errados en querer imponer una tasa, violando acuerdos internacionales y generando conflictos incluso a nivel diplomático.