Raúl Valdez, presidente del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos del Paraguay (CAFyM), analizó en profundidad la situación crítica que atraviesa la hidrovía y la resiliencia del sector logístico ante escenarios naturales adversos.
En entrevista con el programa MAGAZINE 360 y Paraguay Fluvial, el presidente del CAFyM, Raúl Valdez, brindó un análisis exhaustivo sobre el estado actual de los ríos Paraguay y Paraná, resaltando los efectos de la persistente bajante hídrica, los impactos logísticos y la respuesta institucional ante un fenómeno que, lejos de ser una novedad, se ha instalado como parte de un patrón climático regional reiterado.
El Paraná entra en escena: aguas bajas y liberaciones controladas
La preocupación se intensifica en el río Paraná, donde la esperada abundancia de agua para esta época del año —especialmente aguas abajo de la represa de Yacyretá— no se ha concretado. Según Valdez, esto se debe a un claro “estrés hídrico” regional, marcado por la escasez de lluvias que afecta especialmente a la región sur. Como consecuencia, los embalses —tanto de Itaipú como de Yacyretá— están liberando agua de forma muy limitada.
“El río Paraguay todavía no nos da tregua y ya empezamos a tener problemas también en el río Paraná”, enfatizó Valdez. La situación, lejos de mejorar, se está agravando, afectando la navegabilidad y generando demoras considerables en la logística fluvial.
Valdez remarcó que este fenómeno no es nuevo. “Es una condición que se viene repitiendo año tras año. En los últimos cinco años, al menos, hemos observado un patrón climático complejo a nivel regional”. La diferencia, explicó, radica en el tipo de regulación que existe entre ambos ríos: mientras el río Paraguay sigue un ciclo natural bastante marcado, el río Paraná está sujeto a la regulación de múltiples represas, en especial en el territorio brasileño, lo cual altera su comportamiento natural.
Esta regulación provoca variaciones en el caudal que llega al embalse de Yacyretá, impactando negativamente en la navegación y en el transporte de cargas, cuya acumulación en puertos genera consecuencias severas, como la degradación de productos. “En estos días hemos visto porotos de soja saliendo totalmente calcinados, lo cual implica no solo pérdida de calidad, sino un riesgo para la seguridad y la cadena logística”, alertó.
Ventanas de agua: un alivio temporal ante la presión logística
Ante este escenario, las autoridades binacionales han comenzado a definir “ventanas de agua”, períodos programados de liberación desde los embalses para facilitar la navegación. Según Valdez, la coordinación ha mejorado con respecto a años anteriores: “La entidad binacional está siendo mucho más flexible, entendiendo las problemáticas que esto genera. Esperamos que esas ventanas puedan ser más prolongadas en las próximas semanas”.
No obstante, advirtió que, si la situación continúa como está pronosticada, será inevitable gestionar nuevamente a través de Cancillería solicitudes binacionales tanto con Argentina como con Brasil para garantizar la continuidad de las operaciones.
Obras de infraestructura y dragado: respuestas a largo plazo
A pesar del panorama adverso, Valdez sostuvo que la industria ha respondido con acciones concretas y estructurales: “Por primera vez en la historia se están realizando obras de gran envergadura en el río Paraguay. También en el Paraná hay intervenciones importantes que están redefiniendo los canales de navegación”.
Estas obras, fundamentadas en estudios hidromorfológicos e ingeniería hidráulica avanzada, están pensadas para mitigar los efectos de las aguas bajas y garantizar una mayor previsibilidad a largo plazo. “Hoy conocemos a nuestros ríos mejor que nunca y, en base a eso, se están tomando medidas sostenibles en términos de impacto ambiental y eficacia operativa”.
Un fenómeno cíclico, pero con variables nuevas
El titular del CAFyM fue claro al señalar que si bien este tipo de crisis hídrica ya se ha registrado históricamente —con referencias incluso de hace 60 o 70 años—, la situación actual tiene elementos diferenciadores, como el uso intensivo de los recursos hídricos a nivel regional, que también debe ser regulado y monitoreado por las autoridades de todos los países involucrados en la hidrovía.
En cuanto a las perspectivas climáticas, explicó que algunos modelos proyectan una posible neutralidad del fenómeno de El Niño y La Niña en los próximos meses, aunque no hay certezas. “Los ciclos se están acortando y repitiendo. Por eso, las soluciones deben centrarse en lo que sí podemos controlar: las inversiones en obras, infraestructura y dragado”.
Resiliencia del sector logístico: convertir crisis en oportunidades
A pesar de todo, el mensaje de Valdez fue optimista y firme. Subrayó la capacidad de adaptación de la matriz logística paraguaya, que ya ha sorteado múltiples desafíos: desde condiciones naturales extremas hasta conflictos operativos como el polémico peaje en la hidrovía.
“Hemos demostrado que el sector es resiliente. Estas crisis se han transformado en oportunidades, como lo vemos ahora con las obras que se están realizando y con el fortalecimiento institucional de la hidrovía”, dijo, agregando que esto ha generado un mayor protagonismo del Estado y una mejora en la competitividad del país.
Efiiciencia, institucionalidad y acceso a mercados
El presidente del CAFyM cerró con un llamado a seguir trabajando en la eficiencia del sistema logístico, fortalecer las instituciones y avanzar en obras con alto valor de costo-beneficio, con un enfoque integral que permita mejorar la competitividad del Paraguay en el comercio exterior.
“El futuro de nuestra industria tiende a mejorar cada día, atrayendo más oportunidades para acceder a mercados exigentes y facilitar la llegada de productos del exterior a menor costo. A pesar de las condiciones naturales, estoy convencido de que vamos en la dirección correcta”, concluyó.
