El gobierno de Javier Milei planea concesionar la denominada hidrovía de los ríos Paraná y Paraguay antes de fin de año. Para explotar el canal, estatizado en 2021, se busca a empresas norteamericanas pero no tendrían chances de competir con las cuatro grandes firmas a nivel mundial, dos de origen belga y dos neerlandesas, que tienen como verdadero adversario a una empresa china que cobra un tercio menos por los mismos trabajos.
Así lo informó ElDiarioar.com en una nota de Alejandro Rebossio en la que se da cuenta de la pretensión del gobierno de dejar afuera a China con alguna cláusula que así lo haga posible en el pliego de la licitación.
La idea del Gobierno es establecer una tarifa en dólares para los usuarios de la hidrovía, dado que la mayoría de ellos opera en el comercio exterior. Valoran la experiencia de Jan de Nul y de Emepa en el pasado (hoy tienen a su cargo el mantenimiento), más allá de la aparición del titular del propietario de esta última, Gabriel Romero, en la Causa Contratos asumiendo el pago de coimas para lograr la prórroga de la concesión en 2010.
Pero hay críticas de exportadores y puertos que sostienen que la tarifa era demasiado alta y de sectores de la política que advierten que la hidrovía se convirtió en un canal que facilitó el contrabando y el narcotráfico.
Obras
Se asegura que el canal quedó angosto y poco profundo. En estos meses el secretario de Concesiones, Mariano Mirotti, está escuchando a los usuarios para terminar de redactar los pliegos y lanzar la licitación a fin de año, dada su complejidad. Los exportadores de cereales y bienes industriales pretenden que se amplíe la profundidad del río de 34 a 42 pies, de modo de que puedan usarlo buques más grandes como los Panamax cargados hasta la mitad o con tres cuartos completo, de modo de tornar más eficientes los fletes. También se pretende ensanchar partes del canal. La idea es que circulen más barcos y más cargados. Así podrían bajar el peaje.
El Gobierno pretende que el concesionario invierta 800 millones de dólares en nuevas obras. En la actualidad, el mantenimiento anual implica 300 millones, que le paga la Administración General de Puertos a Jan de Nul. Se ilusiona la gestión Milei con que una mejora de la hidrovía permitirá nuevas inversiones en puertos y plantas cerealeras.
Otras concesiones
Después de la hidrovía, en 2025, año electoral, podrían concesionarse ferrocarriles –el proyecto de ley Bases lo prevé–, el puerto de Buenos Aires; la terminal de ómnibus de Retiro, que podría entregarse en conjunto con la de trenes; gasoductos como la segunda etapa del Néstor Kirchner, de provincia de Buenos Aires a la de Santa Fe; líneas de transmisión eléctrica; las centrales hidroeléctricas de la región patagónica del Comahue, cuyas concesiones privadas vencieron recientemente y las provincias pretendieron sin éxito quedarselas; plantas de potabilización de agua y cloacas y acueductos como uno que pretende la industria petrolera para llevar agua sucia para inyectar los pozos de Vaca Muerta.
FUENTE: PAGINA POLITICA