La consultora de seguros Allianz ha presentado una nueva edición de su Safety & Shipping Review 2024, en el que analiza, entre otros aspectos, las pérdidas del transporte marítimo. En este contexto, dado que cerca del 90% del comercio mundial se transporta por mar, la seguridad marítima es fundamental.
Hace treinta años, la flota naviera global perdía alrededor de 200 buques grandes al año. Esta cifra se redujo a un mínimo histórico de 26 en 2023, lo que representa una disminución de más de un tercio año tras año y del 70% en la última década. Sin embargo, el hecho de que el transporte marítimo esté cada vez más sujeto a una creciente volatilidad e incertidumbres debido a conflictos bélicos y eventos geopolíticos, las consecuencias del cambio climático, así como los riesgos continuos derivados de la tendencia hacia buques más grandes, significa que el sector tendrá que esforzarse al máximo para mantener este statu quo en el futuro, según el informe de Allianz Commercial.
«La velocidad y el alcance de cómo está cambiando el perfil de riesgo de la industria no tiene precedentes. Conflictos como los de Gaza y Ucrania están remodelando el transporte marítimo global, afectando la seguridad de la tripulación y de los buques, las cadenas de suministro y la infraestructura, e incluso el medio ambiente. La piratería va en aumento, con una preocupante reaparición en el cuerno de África. La interrupción continua causada por la sequía en el canal de Panamá muestra cómo el cambio climático está afectando al transporte marítimo, todo en un momento en el que se enfrenta a su desafío más significativo, la descarbonización», asegura el capitán Rahul Khanna, responsable global de consultoría de riesgos marítimos de Allianz Commercial.
El Sudeste asiático emerge como la región marítima con mayores pérdidas totales. Durante 2023, se reportaron 26 pérdidas a escala mundial en comparación con las 41 del año anterior; aunque “si nos centramos en la última década, hubo más de 700 pérdidas totales (729)”.
La región del mar de la China Meridional, junto con Indochina, Indonesia y Filipinas es el punto global donde se registran más pérdidas, tanto en el último año como en la última década (184). Representó casi un tercio de los buques perdidos el año pasado (8). El Mediterráneo Oriental y el mar Negro ocupan el segundo lugar (6), con una actividad en aumento año tras año. Asimismo, los buques de carga representaron más del 60% de los buques perdidos a nivel mundial en 2023.
Ocho buques hundidos y menos incidentes reportados
El hundimiento fue la principal causa de todas las pérdidas, representando el 50%. El clima extremo se reportó como un factor en al menos ocho pérdidas de buques a nivel global 2023.
El número de incidentes marítimos reportados a nivel mundial disminuyó ligeramente el año pasado (2.951 en comparación con 3.036), siendo las islas británicas las que registraron el mayor número (695). Los incendios a bordo de los buques, una preocupación perenne, también disminuyeron. Sin embargo, ha habido 55 pérdidas totales en los últimos cinco años, y más de 200 incidentes de incendio reportados durante 2023 (205), la segunda cifra más alta en una década después de 2022. Los incendios siguen siendo un problema clave de seguridad en los buques más grandes debido a la amenaza potencial para la vida, la magnitud de los daños y el hecho de que los costes asociados pueden ser graves. Así, este último factor contribuye al aumento a largo plazo del coste de las grandes reclamaciones de seguros marítimos.
Consecuencias de los conflictos geopolíticos
Incidentes recientes, como los ocurridos tras el conflicto en Gaza, han demostrado la creciente vulnerabilidad del transporte marítimo global a guerras, disputas y eventos geopolíticos, con más de 100 buques atacados solo en el mar Rojo por los militantes hutíes en respuesta al conflicto. La interrupción del transporte marítimo en la región y sus alrededores ha persistido y es probable que continúe previsiblemente en el futuro. El resurgimiento de los piratas somalíes, tras su primer secuestro exitoso desde 2017, es una causa adicional de preocupación.
«Tanto la guerra en Ucrania como los ataques en el mar Rojo han revelado la creciente amenaza para el transporte marítimo comercial que representan nuevas tecnologías como los drones, que son relativamente baratos y fáciles de fabricar, y difíciles de defender sin una gran presencia naval», añade el capitán Khanna. «Mirando hacia el futuro, que se produzcan ataques tecnológicos contra el transporte marítimo y los puertos es una posibilidad. Los informes de buques que experimentan interferencias en el GPS van en aumento, particularmente en el estrecho de Hormuz, el Mediterráneo y el mar Negro».
El informe Safety & Shipping Review 2024 de Allianz Commercial también señala que en los tres años desde que Rusia invadió Ucrania, el endurecimiento de las sanciones internacionales a las exportaciones de petróleo y gas rusos ha contribuido al crecimiento de una considerable “flota en la sombra” de petroleros, entre 600 y 1.400 buques aproximadamente. «Estos son en su mayoría buques más antiguos, a menudo mal mantenidos, que operan al margen de la regulación internacional, frecuentemente sin un seguro adecuado.
“Esta situación presenta graves riesgos ambientales y de seguridad», comenta Justus Heinrich, responsable global de producto de casco marítimo de Allianz Commercial. Los buques han estado involucrados en al menos 50 incidentes hasta la fecha incluyendo incendios, fallos en el motor, colisiones o derrames de petróleo. «El coste de hacer frente a estos incidentes a menudo recae en los gobiernos u otros aseguradores de buques», añade.
El cambio de ruta conlleva riesgos y desafíos ambientales
Los ataques al transporte marítimo en aguas del Medio Oriente también han impactado severamente en los tránsitos por el canal de Suez, reduciéndose en más del 40% a principios de 2024, y en el comercio. Esto sucede poco después de la interrupción continua causada por la sequía en el canal de Panamá, lo que equivale a un doble golpe al transporte marítimo, causando aún más problemas para las cadenas de suministro globales.
Independientemente de las rutas alternativas que tomen los buques, se enfrentan a desvíos prolongados y costes adicionales, lo que también afecta a sus clientes. Evitar el canal de Suez agrega al menos 3.000 millas náuticas (más de 5.500 km) y 10 días de tiempo de navegación, redirigiéndose a través del cabo de Buena Esperanza.
El cambio de ruta también impacta al panorama de riesgos y al medio ambiente. Las tormentas y el mar agitado pueden ser más desafiantes para los buques más pequeños acostumbrados a navegar en aguas costeras, mientras que la infraestructura para apoyar un incidente que involucre a buques más grandes como un puerto de refugio adecuado u una operación de salvamento sofisticada, puede no estar disponible. Los beneficios ambientales pueden perderse a medida que los buques redirigidos aumentan la velocidad para cubrir distancias más largas. Las desviaciones en el mar Rojo ya se citan como un contribuyente principal a un aumento del 14% en las emisiones en el sector naviero de la UE este año.
Desafíos del transporte marítimo sostenible
El transporte marítimo contribuye con alrededor del 3% de las emisiones globales causadas por actividades humanas. Por ello, la industria se ha comprometido a cumplir objetivos exigentes para reducirlas. Alcanzar estos objetivos requerirá una combinación de estrategias, que incluyen medidas para mejorar la eficiencia energética, la adopción de combustibles alternativos, el diseño innovador de buques y métodos de propulsión.
La descarbonización presenta varios desafíos para una industria que equilibra nuevas tecnologías junto con formas de trabajo existentes. Por ejemplo, la industria necesitará desarrollar infraestructura para apoyar a los buques que utilizan combustibles alternativos, como el abastecimiento y el mantenimiento, al mismo tiempo que elimina gradualmente los combustibles fósiles. También existen posibles problemas de seguridad con los operadores de terminales y la tripulación de los buques, que manejan combustibles alternativos que pueden ser tóxicos o altamente explosivos.
«El aumento de la capacidad de los astilleros también será clave a medida que la demanda de buques ecológicos se acelere. Actualmente, esta capacidad está limitada por los largos tiempos de espera y altos precios de construcción. Asimismo, podrían tener un efecto dominó en las reparaciones y el mantenimiento, con buques dañados o con problemas de maquinaria que potencialmente provoquen largos retrasos», asegura Heinrich. Se deben construir o modernizar más de 3.500 buques anualmente hasta 2050. Sin embargo, el número de astilleros se redujo a más de la mitad entre 2007 y 2022. El daño o el fallo de la maquinaria es la causa más frecuente de incidentes marítimos en más de la mitad de los casos a escala mundial en 2023 (1.587), tal y como se recoge en el análisis de Allianz Commercial.
FUENTE: NAUCHER