La afluencia del Río Tíber en Roma bajó un metro con respecto al año anterior. A su paso, la sequía reveló la estructura del mítico Pons Neronianus.
Como consecuencia de la crisis climática global, la sequía se ha manifestado en Italia con periodos cada vez más abrasivos. El Río Tíber ha sido una de las víctimas más sonadas en todo el país, por la historia milenaria que su caudal acarrea. Sólo con respecto al año anterior, documenta la AFP, el volumen del río descendió en un metro completo.
Naturalmente, los ríos italianos no son los únicos que resienten las condiciones climáticas. Otros cuerpos de agua, como lagos y lagunas antiguas, también están sintiendo la presión ecológica. Casi por accidente, la falta de agua está trayendo a la vida antiguas estructuras romanas. Quizá la más imponente de ellas sea el Pons Neronianus: uno de los puentes icónicos que construyó el emperador Nerón, hace 2 mil años.
Una mala planeación romana
Owen Jarus es colaborador en materia de arqueología para Live Science. Ante la opulencia con la que los emperadores —y otros dirigentes políticos— de Roma vivían, el especialista describe el reinado de Nerón como uno enfocado en la infraestructura pública y los deleites estéticos del Imperio:
«El emperador Nerón […] fue un soberano controvertido que construyó estructuras públicas y ganó victorias militares en el extranjero, pero también descuidó la política y, en cambio, centró gran parte de su tiempo y pasión en las artes, la música y carreras de carros.»
Nerón gobernó el Imperio como el quinto emperador romano, entre los años 54 y 68 d.C. Aunque descuidó la política, enfocó gran parte de sus esfuerzos en embellecer la capital y pavimentar —literalmente— nuevos caminos en las ciudades. A final de cuentas, quería gobernar una ciudad que estuviera al nivel de su poderío económico y militar.
Una de las obras que presuntamente mandó a construir Nerón fue justamente el Pons Neronianus. Se asume que, por la mala localización que se escogió en ese entonces, eventualmente la estructura quedó completamente sepultada por el agua. En temporada de secas, ya había sido visible en Roma. Sin embargo, conforme avanza la crisis climática global, el puente queda cada vez más al descubierto.
¿Construido por el mismo Nerón?
Aunque la tradición local sugiere que el Pons Neronianus fue construido por órdenes de Nerón —de ahí su nombre—, hay especialistas que dudan sobre esta posibilidad. Y lo que es más: piensan que podría ser mucho más antiguo que el mismo emperador. Al respecto, el profesor de historia de la arquitectura en la Universidad Metropolitana de Londres, Nicholas Temple, explica lo siguiente a Live Science:
«Los orígenes del puente son inciertos, dado que es probable que existiera un puente aquí antes del reinado de Nero y, por lo tanto, el Pons Neronianus probablemente fue una reconstrucción de un cruce anterior», detalla el especialista en un correo electrónico.
De cualquier manera, Temple piensa que este puente tenía un doble significado. En primer lugar, lo más probable es que haya sido el paso de legiones enteras de soldados romanos de un lado al otro del Tíber. Sobre el Pons Neronianus, los batallones regresarían triunfales a la ciudad, después de conquistar otro territorio más en el mundo conocido.
El segundo sentido del puente, literalmente, era el camino que los acusados seguían para ser crucificados. En el lugar donde hoy se erige la Plaza de San Pedro, los criminales y rivales políticos de Roma tendrían castigos ejemplares, ante la mirada de cientos de personas que entendían el evento como un espectáculo más.
Sus pisadas se difuminaron con el paso de los milenios. Sin embargo, conforme la temporada de sequía se alargue, es probable que el Pons Neronianus sea visible por más tiempo.