Aker Biomarine bajó en 2019 unas 48 mil toneladas de Krill.
Pablo Antúnez
La empresa noruega Aker Biomarine Antartic As, que representa la principal inversión en Uruguay de ese país escandinavo, apuesta más localmente e impulsa varios proyectos para darle valor agregado a sus productos. Es parte del grupo noruego Aoker y de Halogalang, que tiene 12 empresas.
Las inversiones se hicieron gracias al esfuerzo de la Embajada de Uruguay en Suecia, Noruega y Dinamarca, que es liderada por el Embajador Santiago Wins. Aker se dedica a la pesca y procesamiento de Krill (Euphausia superba) en la Antártida y puso su primer pie en Uruguay en 2005, primero con locación en Montevideo y luego se fue a Nueva Palmira, regresando posteriormente en 2016 a la capital, tras la firma de un acuerdo con la empresa Frimosa (Frigorífico Modelo S.A.).
Inicialmente tenía 5.000 metros cuadrados de depósito y operaba desde esa locación, hoy tiene 14.000 metros cuadrados, incorporó personal local y realiza sus operaciones en el Océano Atlántico con tres barcos de factoría. A su vez, cuenta con otro depósito adicional de 4.000 metros cuadrados y oficinas en Montevideo.
El año pasado la empresa presentó el buque Antartic Enduracnce (bandera Noruega) que ya está operando y tiene 130 metros de eslora, con un casco optimizado para la pesca del Krill; es 30% más eficiente que cualquier otro de su tipo. Este buque, abrió a futuro la posibilidad de realizar investigaciones científicas con el Instituto Antártico Uruguayo, basándose en su política de océanos limpio.
“La operación en Uruguay es knock house logístico y nos estamos expandiendo en forma extraordinaria. Hemos crecido en los últimos años y tratamos de agregarle valor a toda la operación logística que hacemos en Uruguay. Vamos despacio y siempre generando tareas aquí, ya que antes se hacían en otras locaciones alrededor del mundo”, explicó a El País el gerente general de Aker Biomarine Antartic As, Juan Martín Beisso.
La operación de esa firma noruega está basada en “tres barcos de factoría que pesan en la Antártida durante 10 o 12 meses. Luego un barco de carga trae todos los meses la carga al Puerto de Montevideo, una parte va en contenedores a los clientes del mundo y otra es llevada a nuestros depósitos locales”, agregó el ejecutivo.
Los barcos pescan Krill y producen harina de ese crustáceo que es embolsada y enviada al Puerto de Montevideo. “Parte de esa harina se utiliza para proyectos de acuicultura y mascotas, así como viene”, dijo Beisso. Otra parte es convertida en Omega 3 para consumo humano, que se envía a Houston (Texas), donde la fábrica lo procesa. “Ese aceite o se vende directamente en tanques a los laboratorios o lo mandamos a encapsular y se lo vendemos posteriormente”, detalló el gerente general de la empresa noruega.
Confianza. El año pasado Aker Biomarine Antartic As descargó en Montevideo alrededor de 48.000 toneladas de harina de harina de krill.
Por política de la empresa, Beisso declinó hablar sobre el monto de las inversiones y facturación anual, pero remarcó la confianza que tiene el grupo sueco en Uruguay.
“A lo largo de los años se estableció una muy buena relación entre las autoridades uruguayas y la sociedad. La verdad que el pueblo noruego y de parte de la compañía están muy contentos con todo lo que sucedió en Uruguay desde sus comienzos”, afirmó Beisso.
Como ejemplo de esa cooperación, el ejecutivo recordó que la semana pasada, Noruega y Uruguay colaboraron para traer de la Antártida a una tripulación que por el Covid-19 estaba varada en el continente helado. A su vez, el gobierno uruguayo autorizó a Noruega a hacer llegar un vuelo charter, bajo las más estrictas condiciones de seguridad, para poder hacer un cambio de tripulación que no se podía realizar en otro lado. “Eso para nosotros es muy importante”, remarcó.