Cinco ocupantes salieron ilesos tras el dramático capotaje de una avioneta que partió desde Asunción. El hecho reabre el debate sobre los controles técnicos en vuelos privados.

Campo 9, Paraguay – Momentos de tensión se vivieron este sábado en la zona de Campo 9 cuando una avioneta de pequeño porte, modelo Cessna 185, debió realizar un aterrizaje de emergencia tras sufrir una falla mecánica en pleno vuelo. La aeronave, que había partido desde Asunción con destino al Aeroclub Altona, terminó capotando luego de tocar tierra. Afortunadamente, los cinco ocupantes salieron ilesos del accidente.
El piloto, Diego Hugo Domínguez Stroessner, reconocido corredor y padre del piloto de rally Diego Domínguez, logró mantener el control de la situación y tomar una rápida decisión al detectar la falla en el motor. Según fuentes preliminares, el aterrizaje fue realizado en un camino alternativo, cuyas condiciones habrían contribuido al capotaje de la aeronave.
El hecho fue calificado como un «milagro», considerando el estado en el que quedó la avioneta tras el impacto. Las autoridades aeronáuticas anunciaron la apertura de una investigación técnica para determinar las causas exactas de la falla y evaluar las condiciones del mantenimiento de la aeronave.
El historiador aeronáutico Tony Sapienza, consultado sobre el suceso, destacó que «Paraguay tiene una de las tasas más bajas de accidentes aéreos en la región». Explicó que, aunque los incidentes ocurren, “la aviación sigue siendo el medio de transporte más seguro en comparación al terrestre”. Sapienza recalcó que “inclusive un avión recién salido de fábrica puede tener una falla mecánica si no se cumplen rigurosamente los controles de seguridad”.
El especialista explicó que el Cessna 185 es un monomotor, lo que significa que ante una falla del único motor, el piloto debe buscar un lugar adecuado para aterrizar de emergencia. “Eso fue exactamente lo que hizo el piloto. Lamentablemente, el terreno no colaboró”, afirmó.
Este episodio revive la memoria de otras tragedias aéreas ocurridas en el país, como la del cuatrimotor de la extinta compañía Panair do Brasil en la década del 50, donde fallecieron más de una decena de personas tras un impacto e incendio en las inmediaciones de Asunción.
Aunque en este caso no hubo víctimas, el accidente pone en evidencia la necesidad de reforzar los controles técnicos y operativos en vuelos privados, así como continuar concienciando sobre la importancia del mantenimiento riguroso y las normas de seguridad en la aviación general.