El fortalecimiento de las organizaciones criminales en la zonas de frontera preocupa al Consejo de Defensa Nacional (CODENA), al punto tal de calificarla como un potencial riesgo de conflicto. A pesar de negar algún tipo de presión por parte de Argentina y Brasil, la presencia narco representa el flanco vulnerable en toda mesa de negociación con sus vecinos y desde el Ministerio de Defensa se analiza reforzar la presencia militar en los ríos Paraguay, Paraná y Pilcomayo por medio de la compra de nuevos buques y lanchas patrulleras.
Este punto fue objeto de discusión en el encuentro de la Subcomisión de Coordinación Política e Integración entre Argentina y Paraguay, conocida como la «Gran Comisión», un mecanismo de coordinación política de alto nivel que el martes reunió en Buenos Aires al vicecanciller paraguayo Víctor Verdún y su par argentino Leopoldo Sahores.
Más allá de las negociaciones sobre la situación financiera en Yacyretá y el peaje en la hidrovía -«un acuerdo que se perfeccionará en los próximos días», según el comunicado de la Cancillería argentina-, los dos funcionarios se centraron en el control de las fronteras ante la actividad de las organizaciones terroristas, el narcotráfico y la delincuencia transnacional. Argentina sugirió avanzar en un proyecto de radarización del espacio aéreo paraguayo.
En su momento, Paraguay había accedido a analizar la propuesta de la Fuerza Aérea de Brasil de comprar seis aviones Super Tucanos por 121 millones de dólares con un paquete adicional para el entrenamiento de pilotos y simuladores. Sin embargo, las negociaciones se estancaron. El expresidente Mario Abdo Benítez había sondeado antes la adquisición de aviones Pampa de producción argentina.
«Nosotros tenemos un proyecto que abarca mayor inversión en radares, aviones y nuevos buques y embarcaciones livianas para reforzar el control de nuestros ríos. No solo al presidente Santiago Peña le preocupa, sino a todos los miembros del gabinete de Seguridad», dijo a LPO el ministro de Defensa, Óscar González.
El encuentro de vicecancilleres en Buenos Aires tuvo otros temas prioritarios como el preacuerdo por parte de empresa navieras y la Administración Nacional de Navegación y Puertos (ANNP) para el pago de una tarifa intermedia en la hidrovía y la construcción del puente Pilar-Puerto Cano, un proyecto que aspira a dinamizar la economía en el departamento del Ñeembucú, y los demás cruces fronterizos.
También se mencionó la situación de Yacyretá, pese a que el análisis de fondo está en manos de los ministros de Economía, Carlos Fernández Valdovinos y Luis «Toto» Caputo, que deberán determinar responsabilidad sobre la deuda argentina que actualmente asciende a 117 millones de dólares por producción y venta de energía de Paraguay a Argentina.
Pero el gobierno de Javier Milei consiguió correr el eje de la discusión bilateral y meter en la agenda una preocupación de su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que a principios de año inauguró un centro de análisis de inteligencia criminal en la Triple Frontera y quiere involucrar a Paraguay en su estrategia de lucha contra el narco.
Mientras Verdún y Sahores conversaban en Buenos Aires, Bullrich se reunía en Washington con el viceministro de Seguridad Interna de Paraguay, Óscar Pereira, en un encuentro que incluyó a funcionarios de Estados Unidos en la OEA para acordar un plan de colaboración regional contra el crimen organizado. La ministra dio luz verde al trabajo conjunto con autoridades de Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.
FUENTE: LaPolíticaOnline