Centros meteorológicos de la región anuncian que, en un mes, iniciarán las primeras señales del fenómeno climático La Niña, que, diferencia de El Niño, se caracteriza por periodos largos de sequía, con los correspondientes impactos en varios frentes de la economía.
Un sector que ve con preocupación el segundo semestre del año es el de la agricultura, en donde la ausencia o poca caída de lluvias, hará que cultivos de varios rubros se resientan significativamente. Hortalizas, frutas e incluso ítems de alta generación de exportaciones como la soja, trigo, arroz y maíz, entre otros, podrían sentir el azote de la onda climática. En lo que a vegetales se refiere, el efecto dominó se trasladará a las góndolas de supermercados, mercados municipales y almacenes, que se proveen de esos productos de primera necesidad.
Otro negocio que puede ser impactado es el de la navegación, en donde el temor llega por la posibilidad de bajantes de los ríos, que repercutirán el transporte fluvial. Es bastante importante el volumen de productos de exportación que se envía por agua. Lo mismo sucede con productos de importación.
Igual nivel de preocupación de las navieras, se encuentra el sector energético, en donde la producción eléctrica depende del flujo del río Paraná, que alimenta a las usinas de Itaipú y Yacyretá.
La saliente corriente de El Niño, con periodos de fuertes y copiosas lluvias, generó inundaciones de zonas productivas. Igualmente afectaron infraestructuras viales.