martes, diciembre 2, 2025
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Fuerte salto industrial en 2025: procesan 3 millones de toneladas, pero piden políticas claras

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Por Diego Florentín – Magazine 360 / PFL Media.

El sector agroindustrial paraguayo cierra el 2025 con cifras históricas de procesamiento de soja, alcanzando un 82% de utilización de capacidad instalada, lo que equivale a casi 3 millones de toneladas procesadas a nivel local. A pesar de la caída en la producción y las dificultades en los mercados internacionales, la industrialización logró sostener y dinamizar al ecosistema agrícola paraguayo, según explicó Raúl Valdez, presidente de la Cámara Paraguaya de Productores y Procesadores de Cereales y Oleaginosas (CAPPRO), en entrevista con Magazine 360 y PFL Media por Radio Chaco Boreal AM.

Un año récord impulsado por el contexto regional

Valdez detalló que el país produjo entre 10 y 11 millones de toneladas de soja en un año climático aceptable, pero exportó 1,5 millones de toneladas menos de grano en estado natural debido a factores externos: caída de precios, menor demanda y, principalmente, la suspensión de compras por parte de Argentina, el mayor mercado histórico del grano paraguayo.

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Esa combinación permitió a la industria local acceder a un mayor volumen de materia prima y mejorar su nivel de actividad.

“Estamos en uno de los mejores niveles de procesamiento de la última década”, aseguró Valdez.

Los derivados industrializados –harina y aceite– lograron incrementar sus ingresos de divisas en más del 11% respecto al año pasado, superando los 1.000 millones de dólares, gracias a la sólida demanda internacional.

Una estructura aún vulnerable

Aunque las cifras parecen alentadoras, Valdez advirtió que el escenario responde más a “un microclima regional” que a una política pública de industrialización.

“Esta buena noticia también desnuda nuestra vulnerabilidad, porque dependemos de decisiones externas como el tipo de cambio argentino o sus retenciones a la exportación”, sostuvo.

Recordó que mientras Paraguay produce en promedio 10 millones de toneladas por año, solo el 25% se industrializa localmente, a pesar de que las plantas tienen capacidad para procesar hasta el 45%.

“Podemos procesar casi la mitad de la producción, pero no tenemos las condiciones para hacerlo”, señaló.

Entre los obstáculos mencionó un factor determinante: los productos industrializados derivados de la soja son los únicos que no reciben devolución total del IVA, cargando un gravamen del 5%.

“Eso representa prácticamente el 100% del costo de producción, lo cual quita competitividad y desestimula la inversión”, afirmó.

Desde la reforma impositiva de 2019, dijo Valdez, la industria perdió fuerza, inversiones e incluso retrocedió, pese a haber protagonizado un crecimiento superior a los mil millones de dólares durante la década anterior.

Una oportunidad para convertir al país en un hub de proteínas y biocombustibles

Valdez enfatizó que la industrialización es clave no solo por su impacto en divisas, sino por el valor agregado que genera internamente: empleo, logística, producción de alimentos y energía.

De una tonelada de soja, el procesamiento genera:

70% de harina de soja, insumo base para las industrias avícola, porcina y ganadera.

20% de aceite desgomado, materia prima para aceites comestibles y biodiesel.

Este año, Paraguay exportó estos productos industrializados a 35 mercados, incluyendo la Unión Europea, India, Pakistán, Chile, Perú, Centroamérica y el Sudeste Asiático.

Mientras la soja en estado natural depende en un 80% del mercado argentino, los industrializados llegan ya a más de 40 destinos, reduciendo riesgos y ampliando oportunidades.

“La soja procesada puede ser el habilitador de la siguiente etapa industrial del país: carnes, biocombustibles, energía y soberanía alimentaria”, sostuvo Valdez.

El camino hacia una política pública de industrialización

El presidente de CAPPRO fue claro en su mensaje: Paraguay necesita una agenda moderna de industrialización, que proteja y potencie inversiones, incentive el valor agregado y permita dar un salto cualitativo en producción de alimentos y energía para el mundo.

“Estamos hablando de que Paraguay podría estar produciendo 15 millones de toneladas, procesando localmente y atrayendo grandes inversiones en frigoríficos, biocombustibles y proteína animal”, afirmó.

“Tenemos el potencial; falta decisión política”.

El 2025 cierra con números históricos para la industrialización de la soja, pero también con un llamado de atención. El país tiene capacidad, mercados y materia prima para convertirse en un hub regional de proteínas y biocombustibles. Lo que falta, según Valdez, es una política pública sostenida que valore y priorice la industrialización como motor del desarrollo.

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