Crecimiento acelerado de la flota mundial de buques hará que la situación sea aún más compleja.
La brecha de disponibilidad de gente de mar para 2023 se ha ampliado a un déficit equivalente a alrededor del 9% de la reserva mundial, lo que representa un marcado aumento desde el déficit del 5% del año pasado y el nivel más alto desde que Drewry comenzó a analizar el mercado de la tripulación hace 17 años.
Se prevén niveles de déficit similares para 2023-2028, basados en los límites de la nueva oferta de marinos que estará disponible en ese período, según apunta Drewry. Aunque estos niveles de déficit se basan en el número de buques y en hipótesis sobre los niveles de dotación, y por tanto son en gran medida teóricos, indican claramente que el mercado laboral de la gente de mar se ha vuelto especialmente tenso, con importantes implicaciones para la contratación y la retención, así como para los costos de dotación.
Efectos del Covid-19, aún persisten
Aunque el año 2020 ha quedado cada vez más atrás, los efectos de Covid-19 siguen siendo persistentes, ya que no sólo tuvo un impacto sustancial en la formación de las tripulaciones, sino también en el atractivo general de trabajar en el mar. Esto se debió principalmente a las diversas historias de tripulaciones atrapadas a bordo de buques, con demasiada frecuencia en condiciones terribles.
Como consecuencia, la importancia del bienestar ha pasado a un primer plano en la retención de empleados, y la tendencia a mirar más allá de las tarifas salariales es cada día más fuerte. Cosas como unos buenos canales de comunicación con las familias en casa, instalaciones confortables a bordo y un entorno de trabajo propicio están ganando importancia.
Nuevos retos
El período más difícil de la pandemia apenas había terminado cuando el estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania creó nuevos retos en el suministro de marinos, con muchas tripulaciones experimentadas que regresaban a casa para alistarse en el ejército. Lamentablemente, no se vislumbra el fin de la guerra en la actualidad, por lo que se espera que el número de nuevos marinos procedentes de Rusia y Ucrania sea muy limitado durante algún tiempo.
Por otro lado, si bien la dotación de los buques será un reto durante los próximos años, especialmente en lo que respecta a la disponibilidad de oficiales debido a estos problemas, el crecimiento acelerado de la flota mundial de buques de alta mar hará que la situación sea aún más difícil.
Fuente: mundomaritimo.cl