Fruto de un cuerdo binacional, el Gobierno de Bolivia anunció este martes que a partir de octubre comenzará a importar 50 millones de litros de diésel por el puerto peruano de Ilo.
Así lo confirmó el viceministro de Comercio Exterior, Benjamín Blanco, al final de una reunión con su similar peruano Miguel Julián Palomino De la Gala y personal de la Administración de Servicios Portuarios Bolivia (ASP-B) y de la Empresa Nacional de Puertos (ENAPU S.A.), en La Paz.
“Es importante anunciar la programación de la importación de 50 millones de litros de diésel al mes, que vendrán con destino a Bolivia a través del puerto de Ilo para lo cual Enapu y ASP-B van a realizar las coordinaciones necesarias para asegurar que el tránsito del diésel se haga de la manera más eficiente entre Ilo y Bolivia”, indicó en conferencia de prensa conjunta en la Cancillería boliviana.
Blanco precisó que esta operación se realizará de manera mensual y que Enapu se comprometió a encarar un conjunto de inversiones a partir de 2023 para atender en condiciones óptimas “los combustibles líquidos que van a venir con destino” a Bolivia.
La empresa peruana invertirá desde 2023 alrededor de $us 60 millones para la ampliación de los almacenes y acondicionamiento del puerto de Ilo, que se sumarán a los $us 10 millones que ya se ejecutaron en diversos trabajos en la terminal.
En la actualidad, Bolivia importa diésel por los puertos chilenos de Mejillones y Arica vía Pisiga y Tambo Quemado, respectivamente, y en menor cantidad por Perú.
También realiza estas operaciones a través de las siguientes rutas: desde la frontera de Paraguay pasa a Villa Montes, de Argentina el combustible toma la ruta por Yacuiba, Bermejo y Villazón y de Brasil por Puerto Quijarro, vía el canal Tamengo.
El objetivo de potenciar el puerto peruano de Ilo nació de los presidentes Luis Arce Catacora y Pedro Castillo en el marco de las tareas del gabinete binacional, que empezó a operar en 2015 y continúa a la fecha.
En la última reunión bilateral, en octubre de 2021, en La Paz, Arce y Castillo acordaron un trabajo conjunto que priorice las inversiones que faltan para «potenciar el sur de Perú» y «darle una verdadera alternativa a Bolivia en su comercio exterior».