La demora en los trámites para zarpar genera sobrecostos y pérdida de competitividad de los productos paraguayos. Desde hace varios años los navieros exigen celeridad, especialmente a la Prefectura General Naval, que todavía opera con papeles impresos.
De acuerdo con el Centro de Armadores Fluviales y Marítimos del Paraguay (Cafym), la persona encargada de realizar las gestiones puede tardar tres horas solo en traslados de una institución a otra. Los trámites recorren principalmente entre la Dirección Nacional de Aduanas y la Prefectura General Naval, que se encarga del despacho de rol, embarque y desembarque de libretas de tripulantes, así como de la presentación de libros de los barcos en cada viaje.
Los reclamos se centran sobre todo en esta última institución, dependiente de la Armada Paraguaya, pues hasta ahora su sistema no se ha informatizado frente a una logística de comercio exterior de última generación. “Nosotros necesitamos que los trámites se agilicen y que corran”, dijo sobre este punto el presidente de Cafym, Esteban Dos Santos.
En total hay 2.804 embarcaciones con bandera paraguaya habilitadas para llegar hasta los puertos de Argentina y Uruguay por la hidrovía Paraná-Paraguay para transportar alrededor del 70% de las exportaciones del país y que necesitan pasar por toda esta burocracia para zarpar.
PROPUESTAS. El sector había planteado en su momento la creación de un Ministerio de Transporte que aborde desde una política de Estado los problemas del transporte fluvial, pero la propuesta no prosperó. Sobre esta preocupación, el director de la Marina Mercante, Patricio Ortega, se mostró abierto a absorber las funciones de la Prefectura Naval, pero planteó como salida más sencilla la adopción de un sistema que agilice los trámites.
Comentó que en la dependencia a su cargo se logró mejorar el pago de tasas por la habilitación a través de la web mediante un convenio con el Banco Nacional de Fomento, lo que a su vez resolvió el problema de circulación de facturas impresas en blanco que terminaban con recargos irregulares a los clientes.
A la Marina Mercante, creada en 1957, le corresponde la regulación del sector naviero, portuario y de la industria naval, además asesora al Poder Ejecutivo ante la Organización Marítima Internacional. Actualmente la dirige un civil, antes se caracterizaba por estar bajo el dominio de un oficial retirado de la Armada Paraguaya, lo que dificultaba su enfoque hacia el comercio internacional. En cambio, la Prefectura Naval cumple la función de seguridad.
Falta actualización normativa
Los navieros consideran que gran parte de los problemas institucionales se subsanarán con una actualización legislativa.
“Hay normativas anteriores, se consideran cuestiones que ya no existen y se omiten cuestiones que sí existen, se habla por ejemplo de buques a vapor, de la categoría de vigilante que ya no existe, mientras se está discutiendo en el mundo sobre buques autónomos, eléctricos o a gas licuado de petróleo”, mencionó Esteban Dos Santos.
El sector pide respuestas al Gobierno, entendiendo que el transporte fluvial es una de las principales fuentes de ingreso de divisas del país. Por su parte, los armadores invirtieron más de USD 2.000 millones en las embarcaciones, que en los últimos años se fueron modernizando con tecnología de punta.
Fuente: www.ultimahora.com