El real de Brasil continuará recibiendo este año algún respaldo de sólidos superávit comerciales y más alzas de tasas de interés que deberían servir para evitar pérdidas mayores de la moneda mientras crece la tensión política, de acuerdo a un sondeo de Reuters.
El real ha estado cotizando dentro de un rango de 4,90 a 5,40 por dólar por alrededor de tres meses, mientras Brasil se beneficia de un auge exportador alimentado por la recuperación de la demanda de China y un tipo de cambio débil tras el impacto del coronavirus en 2020.
Un fuerte resultado en la cuenta corriente se ha convertido en el punto más brillante de la economía, impulsando el ingreso de divisas a Brasil en momentos en que algunos inversores que están muy preocupados por la situación doméstica siguen vendiendo reales, lo que deprime su valor.
En el corto plazo, la unidad probablemente se ubique cerca del punto medio del intervalo reciente, cerca de 5,15, no lejos de sus niveles de esta semana, de acuerdo con las estimaciones medianas de 22 estrategas en un sondeo realizado del 31 de agosto al 2 de septiembre.
«El saldo comercial, los precios de las materias primas, los términos de intercambio, los diferenciales de tasas de interés y una reducción en la aversión global al riesgo en general están asociados con un fortalecimiento del real», dijo Ramon Wiest, gerente ejecutivo de Caixa Economica Federal.
Brasil registró un superávit comercial de US$ 7.700 millones en agosto, manteniendo un desempeño estelar de niveles récord mensuales debido al flujo constante de ventas voluminosas de materias primas clave como soja y mineral de hierro.
La divisa también se ve favorecida por las alzas de tasas del banco central, que las continuaría aumentando hasta 7% a fines de 2021, de acuerdo con otro sondeo de Reuters por separado, cerrando el año con un asombroso incremento de 500 puntos básicos acumulados.
Aún así, el real se depreciaría 4% desde su cotización del jueves para cambiar de manos a 5,40 por dólar en 12 meses, cuando Brasil estará en la última etapa de la campaña para la votación presidencial del próximo año.
El panorama más flojo releja el amargo clima político en el país. Elevando la retórica, el presidente Jair Bolsonaro dijo la semana pasada que veía tres alternativas para su futuro: ganar la elección de 2022, morir o terminar preso.
Previamente ha cuestionado el sistema de votación electrónica de Brasil y amenazó con no aceptar los resultados de la votación de octubre. Bolsonaro está detrás del expresidente de izquierda Luiz Inacio Lula da Silva en las encuestas de opinión.
En México, el peso también seguirá una tendencia a la baja entrado el próximo año después de meses de negociarse sin sobresaltos. Se prevé que cotizará a 20,45 por dólar en 12 meses, perdiendo un 2,3% respecto de los valores de esta semana.
La preocupación central es cómo evolucionará la reducción del estímulo monetario en Estados Unidos. «La cotización del peso tenderá a debilitarse mientras aumente la expectativa de una postura más restrictiva por parte de la Reserva Federal», dijo Ricardo Aguilar, economista jefe de Invex.
Fuente: América Economía