Asunción, 7 de septiembre de 2024 – Hoy se ha registrado un nuevo récord histórico en el nivel del río Paraguay en el Puerto de Asunción, alcanzando -82 centímetros. Esta cifra supera por 7 centímetros el peor registro anterior, de -75 cm, ocurrido en octubre de 2021, reflejando una preocupante tendencia de descenso continuo que afecta a diversas regiones del país.
El fenómeno ha generado alarma tanto en sectores económicos claves que dependen del río para el transporte de mercancías y ya se piensa en el potencial riesgo de abastecimiento de agua. A lo largo de las últimas semanas, las condiciones meteorológicas, marcadas por la ausencia de lluvias y el impacto prolongado del fenómeno de El Niño, han agravado la situación, llevando a este histórico descenso en el nivel del agua.
Impacto en la economía fluvial
El río Paraguay, que actúa como una arteria vital para el comercio y la logística del país, ha visto paralizadas muchas de sus actividades debido a la reducción de calado para las embarcaciones. Los barcos de gran porte, que habitualmente transportan productos como soja, combustibles y otros bienes, han tenido que reducir considerablemente su carga, encareciendo los costos de transporte y ralentizando las operaciones comerciales.
«Estamos ante una situación crítica. Las barcazas ya no pueden navegar con seguridad, lo que compromete no solo el flujo de exportación e importación, sino también la economía de cientos de familias que dependen directamente de la actividad fluvial», declaró Luis Jara, vocero de Paraguay Fluvial y Logística. «Se trata de un desafío logístico y económico sin precedentes en los últimos años».
Consecuencias para la población
Más allá de los efectos en el comercio, el bajo nivel del río está generando también preocupación en las comunidades ribereñas, que dependen del agua para el consumo diario, la agricultura y la pesca. La Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) y el Servicio Nacional de Saneamiento Ambiental (SENASA) han comenzado a coordinar acciones de asistencia para garantizar el acceso a agua potable en las áreas más afectadas.
Asimismo, el abastecimiento de energía podría verse comprometido, ya que algunas plantas hidroeléctricas que dependen del caudal del río para operar podrían sufrir reducciones en su capacidad productiva. Esto podría desencadenar un incremento en el costo de la electricidad o la necesidad de recurrir a fuentes alternativas.
Perspectivas futuras
Expertos en hidrología señalan que, aunque el nivel del río podría estabilizarse en las próximas semanas, las perspectivas a largo plazo siguen siendo inciertas. «El cambio climático está jugando un papel fundamental en estos descensos extremos. El patrón de lluvias en la región ha cambiado drásticamente, y el fenómeno de El Niño ha exacerbado las condiciones de sequía», explicó la climatóloga María López. «Debemos prepararnos para futuros escenarios similares, y es crucial que se adopten medidas de mitigación».
Las autoridades locales y nacionales han intensificado las discusiones sobre posibles soluciones a la crisis hídrica. Entre las propuestas se incluyen la construcción de represas de regulación, el dragado de puntos críticos del río para mejorar la navegabilidad y campañas de concienciación sobre el uso eficiente del agua.
Un llamado a la acción
Frente a este panorama, Paraguay enfrenta el desafío de gestionar los efectos del descenso histórico del río Paraguay no solo en términos de logística y comercio, sino también en la seguridad hídrica y energética del país. La situación demanda una acción concertada entre el gobierno, las empresas y la sociedad civil para afrontar las repercusiones de este fenómeno y prepararse para futuros episodios de extrema sequía.
Este nuevo récord marca un punto de inflexión en la historia reciente del país, subrayando la urgencia de una respuesta integral y sostenible ante los efectos del cambio climático y la variabilidad climática que golpean con mayor fuerza a la región.