El miércoles 22/04 hubo una reunión entre navieros y sindicatos, porque YPF amenazaría con cortar los contratos de transporte marítimo y fluvial: unos 1.000 marinos a la calle, el inicio de problemas que van más allá del dramático hecho formal.
Como daño colateral originado en la merma en la producción, distribución y consumo de combustibles, se ha paralizado el tráfico de los buques tanque que transportan el petroleo crudo desde los principales pozos de extracción hasta las destilerías y luego los distintos cortes (Naftas, Gas Oil, Diesel Oil Fuel Oil) hacia distintos puntos del litoral marítimo y fluvial del país.
Mientras que la abrupta caída del consumo de combustibles dejó sin flete a la totalidad de los buques tanques que operan en el país, la merma en el tráfico internacional de cargas afectó a las empresas de remolque que asisten a los barcos de gran porte.
Hace pocos días, distintos medios de prensa alertaron sobre el problema que enfrentaban las principales petroleras del país ante la falta de espacio para poder almacenar los distintos cortes de combustible que producen sus respectivas refinerías.
En una primera etapa, YPF, Shell y Axion, redujeron al mínimo operativo la producción y en este momento la refinería de Dock Sud que opera la firma brasilera Raízen (empresa asociada a Shell) fue puesta en condición de “inactiva”.
Desde la firma aclararon que por cuestiones de seguridad si la producción baja del 40% de la capacidad de procesamiento, no queda otra alternativa que parar la destilación. En la destilería trabajan en tres turnos poco más de 1.000 personas entre ingenieros, técnicos y operarios, para los que se está evaluando un plan de contingencia.
Como daño colateral originado en la merma en la producción, distribución y consumo de combustibles, se ha paralizado el tráfico de los buques tanque que transportan el petroleo crudo desde los principales pozos de extracción hasta las destilerías y luego los distintos cortes (Naftas, Gas Oil, Diesel Oil Fuel Oil) hacia distintos puntos del litoral marítimo y fluvial del país. Estos tráficos conforman casi el 80% de la actividad marítima y fluvial nacional.
Durante la jornada del último miércoles, desde uno de los principales gremios de la actividad marítima (Centro de Capitanes de Ultramar) se emitió un mensaje a todo el arco sindical del sector en el que se daba cuenta que “ante la reducción de la venta de combustibles en más del 85% YPF y otras empresas están a punto de proceder a la cancelación de los contratos de transporte con las principales navieras aplicando la teoría de la imprevisión con la inmediata pérdida de puestos de trabajo a bordo de nuestros buques”.
A partir de esta comunicación, ese mismo centro profesional- que nuclea a una parte del personal superior de la Marina Mercante- y desde el propio SOMU se solicitó una reunión urgente con una de las entidades empresarias del sector (FENA) que nuclea a una parte de las navieras nacionales. La misma se llevó a cabo en la noche del mismo
miércoles 22/04 y los resultados de la misma no fueron para nada alentadores.
Según pudo saberse de boca de empresarios de la actividad, “La reducción de personal será “inevitable” dado que se torna imposible sostener el costo diario de un buque inactivo manteniendo a su tripulación en condiciones similares de
las que gozan cuando navegan ya que no solo los salarios son los más altos del mercado laboral nacional, sino que además tienen un sistema de francos equivalentes a un día de franco compensatorio por cada día de trabajo”.
Si bien los gremios prefirieron no hacer declaraciones, voceros de los empresarios indican que los gremios no parecen dispuestos a resignar nada y en estas condiciones es “imposible negociar una salida a esta crisis”. No obstante, la mayor parte de los gremios del sector aún no se han expresado.
«Es una situación sin precedentes porque los propietarios de los buques no tenemos la posibilidad de obligar a las petroleras que nos paguen por un servicio que no necesitan y los gremios no tienen a mano el recurso de hacernos un paro, ya nos paró la pandemia”, concluyen.
Especialistas señalan que para el caso específico del sector petrolero el tema va mucho más allá de la coyuntura nacional. “Hoy el combustible se almacena no solo en tanques terrestres, el 90% de la flota mundial de tanqueros está siendo utilizado como depósitos flotantes y hasta las tuberías de los oleoductos están repletas de combustible. No solo habrá que parar las refinerías, en breve habrá que cerrar la mayoría de los pozos. Cada buque tanque cuesta promedio US$ 30.000 diarios y es por eso que el valor del crudo ahora es negativo. Si los gremios no
entienden esta realidad, no han comprendido lo que pasa en el mundo”.
Las empresas de remolcadores
Desde la Cámara de Armadores de Remolcadores (CAR) por otra parte, se ha alertado a las autoridades del Ministerio de Transportes que la situación se ha tornado insostenible dado que mientras aún no se han recuperado del duro golpe que sufrió el sector a partir de la decisión del ex ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, de incorporar unidades extranjeras en condición de “dumping” para bajar las tarifas locales, la baja en el movimiento marítimo y fluvial nacional alcanza picos del 40%.
Como en el caso de las navieras, los empresarios de esta particular actividad marítima plantean a las autoridades que es imposible mantener la actual cantidad de tripulantes y abonar los salarios como si nada pasara. Cada remolcador se tripula con 12 marinos los que por cada día de trabajo gozan de 0,6 días de franco compensatorio a los que se agregan los feriados y la licencia anual.
“Esto es muy justo en tiempos normales, pero ahora los barcos pasan días enteros sin hacer un solo movimiento”.
Según estimaciones de los empresarios del sector, actualmente hay empleados alrededor de mil marinos mercantes de los cuales casi un 50% corre serio riesgo de perder su empleo.
Fuente: Urgente24