El 10 de enero de 2025 marca el inicio de una nueva era para Venezuela, con la juramentación de Edmundo González Urrutia como presidente constitucional y María Corina Machado como vicepresidenta. Ambos asumen la difícil pero crucial tarea de restaurar la democracia en un país golpeado por años de dictadura.
Según el autor del presente artículo, Carlos Sánchez Berzain, este acto pone fin al régimen de Nicolás Maduro, quien ha sido señalado como líder de un “cartel narco-terrorista” que ocupa Venezuela. La investidura de González Urrutia debería llevarse a cabo en el Palacio de Miraflores, pero, ante posibles actos de terrorismo organizados por el régimen saliente, podría realizarse en cualquier parte del mundo. Esto no cambiaría su primera obligación: liberar al país de la ocupación criminal.
Un proceso electoral lleno de desafíos y triunfos
La transición comenzó con las elecciones primarias, donde María Corina Machado obtuvo un contundente apoyo del 92,56% del electorado, demostrando la voluntad del pueblo venezolano de recuperar su libertad. Aunque la dictadura intentó sabotear el proceso mediante inhabilitaciones y fraudes, el liderazgo de Machado se consolidó. Ante las restricciones, Edmundo González Urrutia emergió como candidato y venció en las elecciones del 28 de julio con un 67,19% de los votos frente al 30,44% de Maduro.
El régimen respondió con represión, asesinatos y encarcelamientos masivos, mientras los resultados reales, respaldados por más de 600,000 voluntarios, fueron presentados por el equipo de Machado. A pesar de los esfuerzos del Consejo Nacional Electoral controlado por el chavismo, el fraude quedó al descubierto, ganando González Urrutia el reconocimiento internacional como presidente electo.
La nueva Venezuela a partir del 10 de enero
Desde esta fecha, la legitimidad recae sobre el gobierno de González Urrutia y Machado. En palabras de Sánchez Berzain, Nicolás Maduro pasará de ser un dictador usurpador a convertirse en el jefe de un cartel criminal que ocupa Venezuela ilegalmente.
Entre las primeras acciones de gobierno destacan:
1. Reorganizar el mando militar: González Urrutia debe ordenar la captura de Maduro y nombrar nuevos líderes en caso de resistencia.
2. Recuperar el control del Estado: Designar embajadores, emitir decretos y reorganizar las instituciones ocupadas por el régimen anterior.
3. Pedir apoyo internacional: En caso de que la resistencia del “cartel de Maduro” persista, solicitar la conformación de una fuerza multinacional, ya sea bajo el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) o auspiciada por las Naciones Unidas.
Sánchez Berzain concluye que la prioridad del nuevo gobierno no es simplemente consolidar su poder, sino gobernar efectivamente y restaurar la soberanía nacional. Desde el 10 de enero, el pueblo venezolano tiene la esperanza de recuperar su libertad y avanzar hacia la reconstrucción de su país.
Fuente: Infobae
