En un giro dramático que podría marcar el inicio de un nuevo conflicto en Medio Oriente, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció oficialmente el sábado 22 de junio el bombardeo de tres instalaciones nucleares clave en Irán. El ataque, calificado por el mandatario como una “operación completamente exitosa”, generó una inmediata y contundente reacción del régimen iraní, que advirtió: “Vos empezaste, y nosotros lo terminaremos”.
El ataque: Fordow, Natanz e Isfahán
Los blancos de la operación fueron las plantas nucleares de Fordow, Natanz e Isfahán, ubicadas en zonas estratégicas del país persa. Según fuentes del Pentágono, se emplearon bombarderos B‑2 Spirit con capacidad furtiva, armados con bombas penetrantes GBU‑57 capaces de destruir instalaciones subterráneas, así como misiles de crucero lanzados desde submarinos en el Golfo Pérsico.
El presidente Trump, en su red Truth Social, declaró:
“Hemos completado con éxito el ataque a tres sitios nucleares iraníes. Todos nuestros aviones ya se encuentran fuera del espacio aéreo enemigo. Este mensaje es claro: Irán no desarrollará un arma nuclear bajo mi mandato”.
Según analistas internacionales, este ataque representa la intervención más directa de Estados Unidos en la confrontación Israel-Irán, un conflicto que hasta ahora se desarrollaba mayormente por vías indirectas o mediante fuerzas proxy.
La respuesta iraní: «Todos los estadounidenses son ahora objetivo»
La respuesta de Teherán no se hizo esperar. A través de su televisión estatal, el régimen iraní calificó los ataques como un «crimen de guerra» y prometió represalias contundentes. El vocero de la Guardia Revolucionaria Islámica declaró:
“Todos los ciudadanos y militares estadounidenses en la región son ahora objetivos legítimos. Si buscan guerra, la tendrán en todas nuestras fronteras, en el mar y en el aire”.
Además, el presidente Masoud Pezeshkian acusó a Estados Unidos de violar flagrantemente la soberanía iraní y advirtió que “las consecuencias serán históricas y profundas para la estabilidad del mundo”.
Amenaza sobre el Estrecho de Ormuz
Uno de los puntos más sensibles tras el ataque es el Estrecho de Ormuz, paso obligado para el 20 % del comercio mundial de petróleo. Irán ha amenazado con bloquearlo en reiteradas ocasiones si su seguridad es comprometida, y esta vez podría llevar la amenaza a la práctica.
“Tenemos los medios para cerrar el Estrecho en menos de 24 horas si se requiere”, afirmó el almirante Alireza Tangsiri, jefe naval de la Guardia Revolucionaria. “La paciencia de Irán no es infinita”.
La comunidad internacional observa con preocupación esta posibilidad, ya que el cierre del estrecho generaría un impacto inmediato en los precios del petróleo y podría derivar en una escalada militar global, especialmente con la presencia de la Quinta Flota de EE.UU. en la zona.
Repercusiones internacionales
La operación ha generado reacciones diversas:
- Israel manifestó su “total respaldo” a la acción estadounidense.
- China y Rusia condenaron el ataque, calificándolo de “unilateral y desestabilizador”.
- La Unión Europea pidió contención y convocó a una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU.
- Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos reforzaron sus defensas aéreas ante la posibilidad de un conflicto regional.
¿Qué puede pasar ahora?
Con el ataque ya consumado, analistas advierten que el conflicto podría escalar rápidamente a una guerra regional abierta. Las próximas horas y días serán clave para medir la magnitud de la respuesta iraní y si hay algún canal diplomático aún disponible.
La pregunta central es: ¿habrá represalias inmediatas por parte de Irán o intentará conservar capacidad de negociación? Y, por otro lado, ¿hasta dónde está dispuesto Trump a llegar en año electoral con una operación militar a gran escala?
El bombardeo de Estados Unidos a instalaciones nucleares iraníes marca un punto de inflexión en las tensiones entre ambos países. Mientras Washington afirma que busca impedir que Irán adquiera un arma nuclear, Teherán ve el ataque como una agresión directa que no quedará impune. Con el Estrecho de Ormuz en la mira, el mundo entero se mantiene en vilo ante una crisis que amenaza con escalar más allá de lo imaginable.
