Ayer 20 de enero de 2025, Donald J. Trump juró como el 47º presidente de los Estados Unidos, marcando su regreso al poder con un discurso cargado de promesas nacionalistas y un llamado a la unidad bajo el lema «Estados Unidos primero». A sus 78 años, Trump inauguró un nuevo capítulo en su carrera política con lo que definió como «el mayor regreso político de la historia».
Una ceremonia adaptada y con invitados de alto perfil
La investidura se llevó a cabo en la Rotonda del Capitolio, debido al clima invernal, y contó con la presencia de aproximadamente 600 invitados, incluidos líderes políticos y empresariales como Elon Musk. También asistieron mandatarios extranjeros alineados con su visión política.
En su discurso, Trump proclamó «una marea de cambio» que pondrá a Estados Unidos nuevamente en la cima del escenario global. “Esta es una nueva era de prosperidad, seguridad y liderazgo. Estamos devolviendo el poder al pueblo estadounidense”, declaró ante los aplausos de sus seguidores.
Primeras acciones: un giro radical
El nuevo gobierno no perdió tiempo. Desde el primer día, Trump firmó varias órdenes ejecutivas que buscan revertir políticas clave de administraciones previas:
Frontera y migración: Declaró una emergencia nacional en la frontera sur, desplegando fuerzas militares y reactivando el programa ‘Quédate en México’. Anunció deportaciones masivas y medidas drásticas contra la inmigración indocumentada.
Energía: En un giro hacia los combustibles fósiles, proclamó una emergencia nacional para aumentar la producción de hidrocarburos y retiró a EE. UU. del Acuerdo de París. “La energía estadounidense estará en el centro de nuestro crecimiento económico”, afirmó.
Diversidad y género: Eliminó programas federales de equidad e inclusión y definió que solo se reconocerán dos sexos: masculino y femenino.
Seguridad internacional: Catalogó a cárteles del narcotráfico, como el Tren de Aragua y la Mara Salvatrucha, como organizaciones terroristas, endureciendo las sanciones y bloqueando toda asistencia a estas entidades.
Una visión controvertida
Las medidas adoptadas por Trump han generado intensas reacciones, tanto dentro como fuera de Estados Unidos. Mientras sus seguidores aplauden su enfoque nacionalista y de «ley y orden», críticos internacionales y organizaciones de derechos humanos advierten sobre los riesgos de sus políticas de exclusión y sus implicaciones ambientales.
Con estas decisiones, el segundo mandato de Donald Trump promete ser tan disruptivo como su primer periodo, consolidando su legado como una figura polarizadora en la historia de Estados Unidos. ¿Será esta la «edad de oro» que prometió, o un desafío aún mayor para la nación? Solo el tiempo lo dirá.