En el marco de la segunda audiencia pública realizada en Corumbá, Estado de Mato Grosso do Sul, el presidente de la Comisión Permanente de Transporte de la Cuenca del Plata (CPTCP), Diego Azqueta, en entrevista con Paraguay Fluvial y Magazine360, brindó declaraciones contundentes que reflejan un momento bisagra para la navegación fluvial en la región: Brasil se encamina a realizar por primera vez en su historia una concesión sobre un río, específicamente en el tramo brasileño del río Paraguay.

Azqueta destacó que este proceso no solo es inédito, sino profundamente transformador. “Es importante entender que esta es la primera vez que Brasil va a concesionar un río”, afirmó, señalando que se trata de un contrato amplio, que no solo contempla obras menores, sino una fuerte presencia de monitoreo y protección ambiental.
La Agencia Nacional de Transporte Acuático (ANTAQ), explicó, está liderando un proceso que busca equilibrio: “Un río consistente que nos permita generar un canal de navegación, pero sin perder sus características naturales ni su continuidad”, resaltó, teniendo en cuenta la preocupación legítima de las comunidades ribereñas.
Obras chicas, impactos grandes
Lejos de pensar en grandes infraestructuras, Azqueta abogó por una lógica de intervenciones puntuales y sostenidas: “No buscamos pavimentar el río, sino quitarle las piedras del camino”. Cada obra será previamente simulada y analizada con rigor técnico para asegurar su mínima afectación al entorno.
En este contexto, rechazó los discursos catastrofistas sobre la destrucción del Pantanal o el secado del río. “El miedo es una historia del pasado, porque hoy ya tenemos los datos, las simulaciones hidrológicas e hidrodinámicas, y podemos anticipar con precisión qué va a pasar si el fondo cambia muy levemente”, aseguró.
Una imagen que inspira: el RE MORRO ALTO surcando la Hidrovía
La imagen de portada de este artículo refleja con contundencia el potencial de la vía navegable: un majestuoso convoy del RE MORRO ALTO, al mando del capitán René Canela, que con sus 65 metros de manga (el límite permitido en el norte de la Hidrovía Paraguay-Paraná) y sus 290 metros de eslora, transporta hasta 45.000 toneladas de carga. Una postal imponente que simboliza los avances logrados y los desafíos aún pendientes para lograr una navegación segura, eficiente y ambientalmente responsable.

Una mirada regional e integrada
Azqueta remarcó que todos los países de la Cuenca del Plata –Brasil, Paraguay, Argentina y Bolivia– están trabajando con el mismo objetivo: mejorar el canal de navegación, dar mayor previsibilidad a las cargas y reducir costos logísticos.
Citó como ejemplo el caso de la República Argentina, donde desde hace 25 años se dragan millones de metros cúbicos de sedimentos sin alterar el equilibrio natural: “Eso representa apenas el 1% de la superficie del río y no genera aceleración de la corriente ni impactos significativos”. También mencionó el caso exitoso de Remanso Castillo, donde se comprobó que las obras ejecutadas tras simulaciones previas tuvieron nulo impacto ambiental.
Cooperación internacional con visión estratégica
Consultado sobre el aporte del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos, Azqueta explicó que ya están trabajando en Brasil, con un enfoque diferente al propuesto en Paraguay, pero con potencial de replicarse en otros tramos. “Un plan maestro es siempre necesario, porque tenemos que entender cómo se comporta el sistema fluvial en su conjunto”, indicó. Sin embargo, fue claro en señalar que las decisiones deben tomarse año a año, con información real y actualizada.
Una oportunidad para nuevas generaciones
Finalmente, Azqueta subrayó el valor estratégico del desarrollo fluvial no solo para la logística, sino para el empleo y la formación profesional: “Trabajar en esto es muy retante, muy interesante y muy redituable. Para nuestra sociedad, estas son muy buenas noticias”, concluyó