Aproximadamente a las 13:20 horas de ayer 31 de Octubre, a bordo del remolcador RE Jan Connor (Matrícula Nro. TBN-489), se registró un accidente durante una maniobra de desvarado de una barcaza en el kilómetro 1.634 de la margen derecha del río Paraguay. En pleno desarrollo de la operación, un cabo de manila de 3 pulgadas se soltó inesperadamente, generando daños y poniendo en riesgo la integridad del equipo de trabajo. Según reporte de las autoridades de Prefectura Paraguaya.
El chicote impactó violentamente contra la escotilla del pañol de contramaestre, rompiendo la rejilla de seguridad, un vidrio, y alcanzando el rostro de contramaestre Jorge Daniel García López, quien se desempeña como contramaestre. El mismo sufrió heridas y golpes de consideración. La tripulación actuó de inmediato para asistirlo y, en coordinación con el destacamento naval de la zona, lo trasladaron de urgencia hasta la Margen Izquierda, en la zona de la Playa Montevideo, desde donde fue llevado en ambulancia al sanatorio Migone en Asunción. García López permanece bajo observación médica y recibe tratamiento por sus lesiones con pronóstico reservado.
Este incidente pone en primer plano la importancia del mantenimiento riguroso de los cabos utilizados en maniobras de remolque y desvarado, así como la vigilancia sobre el estrés y la fatiga que estos materiales pueden sufrir en condiciones de trabajo intenso. De acuerdo con normas internacionales de seguridad marítima, los cabos deben inspeccionarse regularmente para verificar su resistencia y posibles signos de desgaste. La exposición prolongada al sol, la humedad y la fricción constante pueden deteriorar las fibras de los cabos, reduciendo su capacidad de carga y aumentando el riesgo de rupturas accidentales.
A su vez, la fatiga física y mental de los tripulantes, que puede incrementarse en turnos largos o bajo condiciones adversas, es otro factor crítico en la prevención de accidentes. Las maniobras complejas, como el desvarado de barcazas en zonas de escasa profundidad o de alta corriente, exigen la máxima concentración y capacidad de respuesta de los operadores. Por ello, resulta fundamental asegurar descansos adecuados y monitorear el estado físico de los tripulantes para mitigar riesgos asociados a errores humanos.
Este tipo de incidentes recuerda la importancia de la aplicación rigurosa de normas de seguridad y el cuidado continuo del equipo en la navegación fluvial, sobre todo en el río Paraguay, donde la dinámica de trabajo exige una vigilancia constante y una preparación adecuada para manejar los peligros inherentes a estas operaciones.