Mientras los profesionales advierten que Argentina debe prepararse para otro año de sequía, no sólo Latinoamérica está sufriendo las consecuencias del cambio climático, sino que también el territorio europeo comienza a padecer esa clara escasez de caudal en los canales, que está dificultando el transporte marino en una buena parte del viejo continente.
Por estas horas, actores del sector indicaban que la falta de agua obstaculiza el transporte fluvial europeo, incluso cuando hay ciertas regiones locales que podrían ver complicadas sus operaciones por el fenómeno contrario: las inundaciones. Cualquiera sea el caso, estas vías se están topando con todo tipo de contratiempos que atentan contra la logística.
Y aunque puede que España, de los países más dependientes del camión, no sufra la escasez de los canales como otras naciones europeas, lo cierto es que a largo plazo todos se ven perjudicados por el tránsito lento en los varios canales fluviales que atraviesan el continente. Incluso, las imágenes recientes del Rin impresionan por sus niveles bajísimos.
Mientras tanto, la circulación de barcos por el Danubio y el Po también está limitada, y lo mismo pasa con el turismo, así que los pocos cargadores que pueden realizar sus tareas lo hacen a bajos porcentajes, para evitar que la falta de agua los acabe encallando cerca de los algunos de los puertos a los que tienen que acercarse para cumplir con estas labores.
Por supuesto, esta situación obliga a preguntarse por el futuro de la logística no sólo en Europa sino en todo el mundo, con pronósticos que no son más alentadores para los próximos años, y que probablemente lleven a la misma recomendación respecto del transporte por carretera y sus índices de contaminación: la mejor solución es el ferrocarril.
Cabe decir, que las sequías que afectan los cultivos de trigo desde Estados Unidos hasta Rusia y Australia, probablemente generarán la mayor reducción de las estimaciones sobre la oferta global desde 2003 e impulsarán los precios al nivel más alto en casi un año. Kansas, el mayor productor de trigo de invierno de Estados Unidos, vive el mayo más seco del que se tenga registro, según cálculos de la repartición climatológica del estado.
Ucrania y Rusia, que aportan 11% de la producción mundial, llevan tres meses de sequía, indican datos del University College de Londres. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, USDA (por su sigla en inglés) podría reducir 1,2% su estimación de la cosecha global el mes próximo, la mayor declinación en un informe de junio desde 2003, según el promedio de 18 estimaciones de analistas que recopiló Bloomberg.