“No puedo decir que mi vocación fuera lo marítimo, lo cierto es que las circunstancias me fueron llevando a embarcarme en esta aventura”, dijo María Gabriela Elefteriu. En 150 años de la historia del Puerto de Montevideo es la primera vez que una mujer está al frente de una agencia marítima. No lo publicamos porque sea un hecho insólito en nuestro ámbito sino porque el dueño de la empresa Universal Shipping entendió que su hija luego de estudios de administración y 18 años de actividad en la agencia estaba pronta para asumir la dirección de la empresa y él un tiempo merecido para descansar. Les puedo asegurar que no es tarea fácil la de una agencia marítima, competencia no falta y muchas veces actividades complejas como la del Greg Mortimer, barco atendido precisamente por esta empresa. Nuestra entrevistada es María Gabriela Elefteriu, su padre capitán de naves mercantes bien conocido en plaza, su tío fundador de la Agencia Marítima Universal Shipping, su abuelo lanchonero para el transporte de pasajeros dentro del puerto, su tío abuelo armador, proveedor y agencia marítima y su bisabuelo, vinculado al cabotaje Nacional, llegado al Uruguay a principios del siglo XX oriundo de Chios. La isla griega de Chios ha dado marinos al mundo y sobre todo armadores como Livanos, Chandris, y el propio capitán Tsakos que todos conocemos en Uruguay. Es posible que a María Gabriela le corra por las venas el salitre del mar y nos recuerda sus viajes en vacaciones a bordo de los barcos comandados por su padre, con su madre y su hermana melliza, “inolvidables experiencias que nos enriquecieron de conocimientos. De verdad, fueron tiempos inolvidables que nos hicieron crecer intelectualmente. Años más tarde, mi padre desembarcaría para incorporarse a la empresa que había fundado mi tío y padrino Mateo. Considero muy valioso entonces haber podido estar embarcada, porque el mar templa el espíritu, su inmensidad y el horizonte sin fin pone en nuestras cabezas un sentido de reflexión, paz, serenidad y eso queda insertado en nuestro ADN”. “No puedo decir que mi vocación fuera lo marítimo, lo cierto es que las circunstancias me fueron llevando a embarcarme en esta aventura. Estudié administración de empresas, marketing e hice un curso de Shipping y cuando entré a Universal, comencé como cadete, nada de privilegios, haciendo los trámites en la calle, ayudaba en todas las tareas de la empresa y asi fui recorriendo todos los sectores, desde la recepción, hasta llegar a lo que soy hoy, Directora Ejecutiva de la empresa. Hoy ejerciendo la dirección siento que me he ganado el respeto de todos mis compañeros”. “Me fui acostumbrando a hacer viajes, entendiendo que estar fuera de casa es parte de esta actividad y aprendí la regla de oro, que ¡el teléfono nunca se apaga! Comprobé que a cualquier hora aparece un ‘problema’ y ahí hay que actuar de inmediato, todos los días del año y las 24 horas hay que estar ‘a tiro’”. “Es una profesión atrapante, entretenida, única, inusual, con sorpresas a cada paso y donde la creatividad nos está exigiendo cada día porque cada barco que recibimos es diferente a otro todos demandando respuestas diferentes. Tal es el caso del Greg Mortimer que no olvidaremos jamás, o podría ser de un barco con rolos con destino a China, o los numerosos barcos que recibimos a lo largo del año cargados con fertilizantes o incluso el buque escuela privado Europa”, a cuya capitana le hicimos una entrevista hace un par de años.
“Sin embargo, el Greg Mortimer junto con un buque tanque que atendimos hace unos años atrás, el Siteam Anja que varó en la Isla de Lobos, no los olvidaré jamás pero sobre todo este último donde se montó un operativo de rescate y se trabajó desde una base de operaciones en el este donde conviví con el tema durante 20 dias. Esos dos buques, cada uno por diferentes motivos los recordaré siempre”. Nuestra entrevistada formó parte de la refundación de Wista Uruguay ( Women’s International Shipping & Trading Association), organización que nuclea a mujeres de la actividad marítima en cargos de toma de decisión, procurando fortalecer sus vínculos comerciales y profesionales . Como siempre y lo que todos sabemos, a su condición de empresaria y como toda mujer, María Gabriela debió realizar sus estudios y desarrollar actividades conjugando su condición de madre procurando siempre mantener el equilibrio que le permite seguir avanzando.
Fuente: Negocio El País